lunes, 30 de diciembre de 2013

CAMINITO

Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.

Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.

Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo,
yo también me voy.

Desde que se fue
nunca más volvió.
Seguiré sus pasos...
Caminito, adiós.

Caminito que todas las tardes
feliz recorría cantando mi amor,
no le digas, si vuelve a pasar,
que mi llanto tu suelo regó.

Caminito cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró...
Yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos. 


Música: Juan de Dios Filiberto
Letra: Gabino Coria Peñaloza
 
 

domingo, 29 de diciembre de 2013

Canción de amor -Rainer Maria Rilke-

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?


Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.

¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!
 
 Rainer Maria Rilke

viernes, 27 de diciembre de 2013

Todo pasa y todo queda - Poema A. Machado -

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.


Antonio Machado 

Soy Albatros - Sara Vial - (Cabo de Hornos)

Cabo de Hornos.
 
"Soy el Albatros que te espera en el final del mundo.

Soy el alma olvidada de los marineros muertos que cruzaron el Cabo de Hornos desde todos los mares de la tierra.


Pero ellos no murieron en las furiosas olas,
hoy vuelan en mis alas,
hacia la eternidad,
en la última grieta de los vientos artánticos."

- Sara Vial -
 
NOTA: Desembarco en un día nublado de nieve, viento y frio. Experiencia...
 


jueves, 26 de diciembre de 2013

LA BOCA - Miguel Hernández -

Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.


Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.


Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos fúlgidos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.


Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.


¡Cuánta boca enterrada,
sin boca, desenterramos!

Beso en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.


Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.

Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.


He de volverte a besar,
he de volver, hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.


Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.


Miguel Hernández

COSAS QUE PASAN - Poema V. A. Jiménez / Canta J. Larralde -

Nadie salió a despedirme
cuando me fui de la estancia
solamente el ovejero, un perro nomás,
Cosas que pasan.

El asunto, una zoncera,
un simple cambio de palabras,
y el olvido de un mocoso,
del que puedo ser su tata.
Y yo que no aguanto pulgas,
a pesar de mi ignorancia,
ya no mas pedí las cuentas,
sin importarme de nada.

No hubiera pasado esto,
si el padre no se marchara,
pero los patrones mueren,
y después los hijos mandan.
Y hasta parece mentira,
pero es cosa señalada,
que de una sangre pareja,
salga la cría cambiada.

Los treinta años al servicio,
pal’ mozo no fueron nada,
se olvido mil cosas buenas,
por una que salió mala.
Yo me había aquerenciao,
nunca conocí otra casa,
que apegado a las costumbres,
me hallaba en aquella estancia.

Sí hasta parece mentira,
mocoso sin sombra e’ barba
que de guricito andaba,
prendido de mis bombachas.
Por él, le quité a unos teros
dos pichoncitos, malaya!
Y otra vez, nunca había bajao un nido,
y por él gatié las ramas.

Cuando ya se hizo muchacho,
yo le amansé el malacara,
y se lo entregué de riendas,
pa’ que él solo lo enfrenara.
Tenía un lazo trenzao,
que gané en una domada,
pal’ santo se lo osequié,
ya que siempre lo admiraba.

Y la única vez que El patrón,
me pegó una levantada,
fue por cargarme las culpas,
que a él le hubieran sido caras.
Zonceras, cosas del campo,
la tranquera mal cerrada,
y el terneraje e’ plantel,
que se sale de las casas.
Y eso, pal’ finao patrón,
Era cosa delicada.

Y bueno, pa’ que acordarme
de una época pasada,
me dije pa’ mis adentros,
todo eso no vale nada.

Sin mirarnos, arreglamos,
metí en el cinto la plata,
le estiré pa’ despedirme mi mano,
Pa’ que apretara,
y me la dejó tendida,
cosa que yo no esperaba.
Porque ese mozo no sabe,
si un día ha de hacerle falta...

Tranqueando me fui hasta el catre,
alcé un atado que dejara,
y me rumbié pal’ palenque,
echándome atrás el ala.
Ensillé, gané el camino,
pegué la ultima mirada
al monte, al galpón, los bretes,
el molino, las aguadas,

De arriba abrí la tranquera,
eche el pañuelo a la espalda,
por costumbre, prendí un negro,
talonié mi moro Pampa,
y ya me largué al galope,
chiflando como si nada.

Nadie salió a despedirme
Cuando me fui de la estancia,
Solamente el ovejero, un perro nomás,
Cosas que pasan.

Poema de Don Víctor Abel Jiménez
Música de José Larralde
 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN - Miguel Hernández

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel Hernández

martes, 12 de noviembre de 2013

SENTADO SOBRE LOS MUERTOS - Miguel Hernández

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo sostiene.


Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.


Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.


Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.


Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.


En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.


Aunque le faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.


Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.


No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.


Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.


Antemuro de la nada
esta vida me parece.


Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.


Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.


Miguel Hernández

martes, 5 de noviembre de 2013

Todo esto por amor – Luis Cernuda

Derriban gigantes de los bosques para hacer un durmiente,
derriban los instintos como flores,
deseos como estrellas
para hacer sólo un hombre con su estigma de hombre.

Que derriben también imperios de una noche,
monarquías de un beso,
no significa nada;
que derriben los ojos, que derriben las manos como estatuas
vacías.

Mas este amor cerrado por ver sólo su forma,
su forma entre las brumas escarlata,
quiere imponer la vida, como otoño ascendiendo tantas
hojas
hacia el último cielo,
donde estrellas
sus labios dan otras estrellas,
donde mis ojos, estos ojos,
se despiertan en otro.


Luis Cernuda

jueves, 31 de octubre de 2013

ELEGÍA - Miguel Hernández

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería
.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.


Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.


Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández
"30/10/1910"

martes, 29 de octubre de 2013

Hombre no...- E. E. Cummings

Hombre no, si los hombres son dioses; mas si los dioses
han de ser hombres, el único hombre, a veces, es éste
(el más común, porque toda pena es su pena;
y el más extraño: su gozo es más que alegría)

un demonio, si los demonios dicen la verdad; si los ángeles

en su propia generosamente luz total se incendian,
un ángel; o (daría todos los mundos
antes que ser infiel a su destino infinito)
un cobarde, payaso, traidor, idiota, soñador, bruto:

tal fue y será y es el poeta,

aquel que toma el pulso al horror por defender
con el pecho la arquitectura de un rayo de sol
y por guardar el latido del monte entre sus manos
selvas eternas con su desdicha esculpe.


E. E. Cummings

lunes, 28 de octubre de 2013

La Planta 14 "del pozo minero"

En la planta 14 del pozo minero,
en la tarde amarilla tres hombres no volvieron,
hay sirenas, lamentos, acompasados aies a la boca del pozo,

dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio: ¡es el tercero!


A las diez la luna clara se refleja en las sortijas del patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto,
él ha sido el primero, vendrán gobernadores, alcaldes, ingenieros,
tratarán de salvar la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira con los ojos resecos.


A las doce el patrón mirará su reloj, los otros ya se fueron
y en un punto y aparte, esbozará un fastidio mientras piensa:
 'pero, ¿dónde están estos?'
Ha llegado otro relevo de bomberos
y a la una menos diez verá la noche el primer muerto.


Sentados en el suelo los mineros se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo, se le queda mirándo fijamente al patrón con los dientes apretados y el patrón con sombrero, tiene dos policías a su lado, no hay cuidado.
Tres horas lentas pasan y a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado
es un hombre prudente, bien
domado.
El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
que recibe con sonrisa gris-azul la madrugada
y con voces los mineros, mientras se abrazan todos
y uno de ellos, el más fiero por no irse al patrón llora en el suelo.


Víctor Manuel

martes, 22 de octubre de 2013

Bosque - Ángel González

Cruzas por el crepúsculo.
El aire tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso,

de tan impenetrable.

Andas.
No dejan huellas tus pies.
Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu cabeza.


Un pájaro no sabe que estás allí,
y lanza su silbido largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color:
es como el eco del mundo.

Eco distante
que tú estremeces,

traspasando las últimas fronteras de la tarde.

Ángel González

lunes, 21 de octubre de 2013

Justicia...Un día como hoy

El mundo desea la paz,
la justicia y el respeto,
sabemos nuestro derecho
de exigir la libertad.
 
Y en vez de paz surge guerra
y al ver justicia reñida
el respeto se aniquila
pues la libertad no llega.
 
Sólo existe el desafuero
porque impera la maldad
y por justicia incapaz
no hay derecho verdadero
y no tendremos la paz
si el dominio va primero.
 
“Melancolía”
OBSERVACION: Difícil hoy, hablar de justicia…

martes, 8 de octubre de 2013

Si el hombre pudiera decir - Luis Cernuda

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
 
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y las noches son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
 
Si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
 
Luis Cernuda

domingo, 6 de octubre de 2013

Poema a los amigos - J.L. Borges

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuesta para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte…. y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites…estaré junto a ti

No puedo evitar que tropieces... solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos…no son míos
pero disfruto sinceramente…cuando te veo feliz

No juzgo las decisiones que tomes en la vida.
me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
Pero sí te ofrezco ese espacio… necesario para crecer.

No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te parta el corazón,
Pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser
Solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.

En estos días pensé en mis amigos y amigas,
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.

Dormir feliz… emanar vibraciones de amor.
Saber que estamos aquí de paso… mejorar las relaciones.

Aprovechar las oportunidades, escuchar al corazón… acreditar la vida.

Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo… Gracias por serlo.


 José Luis Borges
 

lunes, 30 de septiembre de 2013

Este amor - Prévert

Este amor

Tan violento

Tan frágil

Tan tierno

Tan desesperado

Este amor

Bello como el día

Y malo como el tiempo

Cuando hace mal tiempo

Este amor tan verdadero

Este amor tan hermoso

Tan feliz

Tan alegre

Y tan irrisorio

Temblando de miedo como un niño en la oscuridad.

[ Prévert ]

Nocturno - Álvaro Mutis

Respira la noche,
bate sus claros espacios,
sus criaturas en menudos ruidos,
en el crujido leve de las maderas,
se traicionan.

Renueva la noche
cierta semilla oculta
en la mina feroz que nos sostiene.

Con su leche letal
nos alimenta
una vida que se prolonga
más allá de todo matinal despertar
en las orillas del mundo.

La noche que respira
nuestro pausado aliento de vencidos
nos preserva y protege
"para más altos destinos".

[
Alvaro Mutis ]

domingo, 29 de septiembre de 2013

Capital de provincia - Ángel González

Ciudad de sucias tejas soleadas,
casi eres realidad, apenas nido
sólo un rumor, un humo desprendido,
de las praderas verdes y asombradas.


Luego hay hombres de vidas apretadas
a tu destino semiderruido
y muchachas que crecen entre el ruido
cual si estuvieran entre amor sembradas.

A casi todas miro tiernamente,
y los viejos alegran tus afueras
con sus traviesas cabelleras blancas.
Yo estoy contento y, cariñosamente,
caballo gris me gustaría que fueras
para darte palmadas en las ancas.


Ángel González

sábado, 28 de septiembre de 2013

Narciso - Carlos López Narváez

No es el lirio de nieve, no es el pálido lirio
el que refleja dulcemente en mi, su blancura:
en el gélido cáliz de su belleza pura
jamás pudo brindarme ni la paz ni el delirio.

Ni la dulce azucena de cándida clausura
bajo el azul erguida como trémulo cirio:
el sol que la desflora con radiante martirio
dice que su virtud no es par de su hermosura.

Sólo erigen tu cuerpo los flancos de la diosa,
su sonrosada pulpa, su gracia procelosa,
la tersura y el ritmo de su vibrante curva.

Y sólo tu pudieras, ingrávido narciso,
convertido en aroma, guardar el indeciso
palpitar de la Amada que mi soñar conturba.
 
Carlos López Narváez
 

Exilio - Álvaro Mutis

Voz del exilio, voz de pozo cegado,
voz huérfana, gran voz que se levanta
como hierba furiosa o pezuña de bestia,
voz sorda del exilio,
hoy ha brotado como una espesa sangre
reclamando mansamente su lugar
en algún sitio del mundo.

Hoy ha llamado en mí
el griterío de las aves que pasan en verde algarabía
sobre los cafetales, sobre las ceremoniosas hojas del banano,
sobre las heladas espumas que bajan de los páramos,
golpeando y sonando
y arrastrando consigo la pulpa del café
y las densas flores de los cámbulos.

Hoy, algo se ha detenido dentro de mí,
un espeso remanso hace girar,
de pronto, lenta, dulcemente,
rescatados en la superficie agitada de sus aguas,
ciertos días, ciertas horas del pasado,
a los que se aferra furiosamente
la materia más secreta y eficaz de mi vida.

Flotan ahora como troncos de tierno balso,
en serena evidencia de fieles testigos
y a ellos me acojo en este largo presente de exilado.

En el café, en casa de amigos, tornan con dolor desteñido
Teruel, Jarama, Madrid, Irún, Somosierra, Valencia
y luego Perpignan, Arreglen, Dakar, Marsella.

A su rabia me uno, a su miseria
y olvido así quién soy, de dónde vengo,
hasta cuando una noche
comienza el golpeteo de la lluvia
y corre el agua por las calles en silencio
y un olor húmedo y cierto
me regresa a las grandes noches del Tolima
en donde un vasto desorden de aguas
grita hasta el alba su vocerío vegetal;
su destronado poder, entre las ramas del sombrío,
chorrea aún en la mañana
acallando el borboteo espeso de la miel
en los pulidos calderos de cobre.

Y es entonces cuando peso mi exilio
y miro la irrescatable soledad de lo perdido
por lo que de anticipada muerte me corresponde
en cada hora, en cada día de ausencia
que lleno con asuntos y con seres
cuya extranjera condición me empuja
hacia la cal definitiva
de un sueño que roerá sus propias vestiduras,
hechas de una corteza de materias
desterradas por los años y el olvido.

 

Álvaro Mutis

miércoles, 11 de septiembre de 2013

PIEL DE TORO - II - [Salvador Espriu]

Eres extendida piel de toro,

vieja Sepharad.

El sol no puede secar,

piel de toro,

la sangre que hemos vertido  todos,

la que mañana verteremos,

piel de toro.

Si miro sobre el mar,

si me pierdo alejado en el canto,

si me adentro más allá del sueño,

siempre que me atrevo a mirar

hacia mi corazón y hacia mi espanto,

veo la extendida piel de toreo,

vieja Sepharad.
 
[Salvador Espriu]


domingo, 8 de septiembre de 2013

Para ti mi amor

Fui al mercado de pájaros

y compré pájaros

Para ti

mi amor.
 

Fui al mercado de flores

y compré flores

Para ti

mi amor.

 
Fui al mercado de chatarra

y compré cadenas

Pesadas cadenas

Para ti

mi amor.

 
Después fui al mercado de esclavos

Y te busqué

Pero no te encontré mi amor.

 
[J. Prévert]