viernes, 27 de febrero de 2015

A ORILLAS DEL SAR-Poema de Rosalía de Castro-

6

¡Oh tierra, antes y ahora, siempre fecunda y bella!
Viendo cuán triste brilla nuestra fatal estrella,
del Sar cabe la orilla
al acabarme, siento la sed devoradora
y jamás apagada que ahoga el sentimiento,
y el hambre de justicia, que abate y que anonada
cuando nuestros clamores los arrebata el viento
de tempestad airada.

Ya en vano el tibio rayo de la naciente aurora
tras del Miranda altivo,
valles y cumbres dora con su resplandor vivo;
en vano llega mayo de sol y aromas lleno,
con su frente de niño de rosas coronada,
y con su luz serena:
en mi pecho ve juntos el odio y el cariño,
mezcla de gloria y pena,
mi sien por la corona del mártir agobiada
y para siempre frío y agotado mi seno.

Rosalía de Castro

A ORILLAS DEL SAR-Poema de Rosalía de Castro-

5

¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, oh Iria Flavia!
Mas el calor, la vida juvenil y la savia
que extraje de tu seno,
como el sediento niño el dulce jugo extrae
del pecho blanco y lleno,
de mi existencia oscura en el torrente amargo
pasaron, cual barrida por la inconstancia ciega,
una visión de armiño, una ilusión querida,
un suspiro de amor.

De tus suaves rumores la acorde consonancia,
ya para el alma yerta tornóse bronca y dura
a impulsos del dolor;
secáronse tus flores de virginal fragancia;
perdió su azul tu cielo, el campo su frescura,
el alba su candor.
La nieve de los años, de la tristeza el hielo
constante, al alma niegan toda ilusión amada,
todo dulce consuelo.
Sólo los desengaños preñados de temores,
y de la duda el frío,
avivan los dolores que siente el pecho mío,
y ahondando mi herida,
me destierran del cielo, donde las fuentes brotan
eternas de la vida.

Rosalía de Castro

miércoles, 25 de febrero de 2015

A ORILLAS DEL SAR-Poema de Rosalía de Castro-

4

Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota,
caigo en la senda amiga, donde una fuente brota
siempre serena y pura,
y con mirada incierta, busco por la llanura
no sé qué sombra vana o que esperanza muerta,
no sé qué flor tardía de virginal frescura
que no crece en la vía arenosa y desierta.

De la oscura Trabanca tras la espesa arboleda,
gallardamente arranca al pie de la vereda
La Torre y sus contornos cubiertos de follaje,
prestando a la mirada descanso en su ramaje
cuando de la ancha vega por vivo sol bañada
que las pupilas ciega,
atraviesa el espacio, gozosa y deslumbrada.

Como un eco perdido, como un amigo acento
que sueña cariñoso,
el familiar chirrido del carro perezoso
corre en alas del viento y llega hasta mi oído
cual en aquellos días hermosos y brillantes
en que las ansias mías eran quejas amantes,
eran dorados sueños y santas alegrías.

Ruge la Presa lejos..., y, de las aves nido,
Fondón cerca descansa;
la cándida abubilla bebe en el agua mansa
donde un tiempo he creído de la esperanza hermosa
beber el néctar sano, y hoy bebiera anhelosa
las aguas del olvido, que es de la muerte hermano;
donde de los vencejos que vuelan en la altura,
la sombra se refleja;
y en cuya linfa pura, blanca, el nenúfar brilla
por entre la verdura de la frondosa orilla.

Rosalía de Castro

A ORILLAS DEL SAR–Poema de Rosalía de Castro-

 3

Oigo el toque sonoro que entonces
a mi lecho a llamarme venía
con sus ecos que el alba anunciaban,
mientras, cual dulce caricia,
un rayo de sol dorado
alumbraba mi estancia tranquila.

Puro el aire, la luz sonrosada,
¡qué despertar tan dichoso!
Yo veía entre nubes de incienso,
visiones con alas de oro
que llevaban la venda celeste
de la fe sobre sus ojos...

Ese sol es el mismo, mas ellas
no acuden a mi conjuro;
y a través del espacio y las nubes,
y del agua en los limbos confusos,
y del aire en la azul transparencia,
¡ay!, ya en vano las llamo y las busco.

Blanca y desierta la vía
entre los frondosos setos
y los bosques y arroyos que bordan
sus orillas, con grato misterio
atraerme parece y brindarme
a que siga su línea sin término.

Bajemos, pues, que el camino
antiguo nos saldrá al paso,
aunque triste, escabroso y desierto,
y cual nosotros cambiado,
lleno aún de las blancas fantasmas
que en otro tiempo adoramos.

Rosalía de Castro

martes, 24 de febrero de 2015

A ORILLAS DEL SAR–Poema de Rosalía de Castro-

2

¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe
dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
halla un breve descanso mi alma.

Algo tiene este blando reposo
de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada,
de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas
inmensas, nos habla a un tiempo.

Ya no lloro..., y no obstante, agobiado
y afligido mi espíritu, apenas
de su cárcel estrecha y sombría
osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas
de luz que el espacio llenan.

Cual si en suelo extranjero me hallase,
tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos
donde en cada rincón me aguardaba
la esperanza sonriendo.

Rosalía de Castro

A ORILLAS DEL SAR–Poema de Rosalía de Castro-

I

A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.

El templo que tanto quise...,
pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.


Rosalía de Castro

domingo, 22 de febrero de 2015

El mañana efímero - Poema de Antonio Machado – En el aniversario de su muerte -

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

Antonio Machado

sábado, 21 de febrero de 2015

LA ESTUDIANTINA BURGALESA - Poema de José Zorrilla – Aniversario de su nacimiento -

Oigo al pie de mi balcón
vuestra gentil serenata.
¡Cuánto es a mi oído grata!
¡Cuán grata a mi corazón!

Pusieron hondos pesares
entre Castilla y yo el mar,
y a Castilla al regresar
me recibís con cantares.

¡Dios os dé tanto placer
como con ellos me dais!
Si un día en España dejáis,
como a mi os haga volver.
 
Temí que mi corazón
se hubiera insensible hecho,
pero palpita en mi pecho
de vuestra música al son.

Y pues le hace ella latir
después de tanto pesar,
tal serenata a pagar
debe el corazón salir.

¡Gracias, pueblo burgalés!
En cambio de la canción
que envías a mi balcón,
los versos echo a tus pies.

No extrañes si en el hogar
do entre lágrimas me hospedo,
tu serenata no puedo
con gayos versos pagar.
 
Págote con éstos, pues;
mas nunca olvides que son,
tan pobres como los ves,
hechos con el corazón.


José Zorrilla

viernes, 20 de febrero de 2015

Álamo blanco - Juan Ramón Jiménez -

Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua.

(Arriba y abajo, se me abre el alma.)


Entre dos melodías la columna de plata.

Hoja, pájaro, estrella; baja flor, raíz, agua.

Entre dos conmociones la columna de plata.

(Y tú, tronco ideal, entre mi alma y mi alma.)
Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja.

(Abajo y arriba, me tiembla el alma.)

Juan Ramón Jiménez

jueves, 19 de febrero de 2015

Alga quisiera ser, alga enredada... - Ángel González

Alga quisiera ser, alga enredada,
en lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.


Ángel González

martes, 17 de febrero de 2015

Canción de carnaval - Poema de Rubén Darío -

Musa, la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
del Carnaval.

Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira,
tu carcajada.

Para volar más ligera
ponte dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
la mariposa.

Y que en tu boca risueña,
que se une al alegre coro,
deje la abeja porteña
su miel de oro.

Únete a la mascarada,
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada
como Frank Brown;

mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece Pulchinela
con su joroba,

di a Colombina la bella
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella
para Pierrot.

Que él te cuente cómo rima
sus amores con la Luna
y te haga un poema en una
pantomima.

Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
lleva un látigo de plata
para el spleen.

Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
o gaucha, con la guitarra
de Santos Vega.

Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
y juega y adorna el Corso
con rosas frescas.

De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
y en la hopalanda de Guido,
polvo de oro.

Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
busca la flor de las flores
por Florida:

Con la armonía te encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas,
un madrigal.

Piruetea, baila, inspira
versos locos y joviales;
celebre la alegre lira
los carnavales.

Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes
y pompones.

Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca,
¡la victoria de tu risa
funambulesca!



Rubén Darío

lunes, 16 de febrero de 2015

Música - Rainer Maria Rilke -

¿Qué, tocas tú, muchacho? Iba por los jardines
igual que muchos pasos, que órdenes susurradas.
¿Qué tocas tú, muchacho? Mira, tu alma
se ha enredado en los tubos de la flauta.

¿Por qué la atraes? Es el son como una cárcel,
en que se desperdicia y se equivoca;
fuerte es tu vida, pero tu canción es más fuerte.
reclinada en tu anhelo sollozando.

Dale un silencio, que, callada, el alma
regrese en tu fluyente y en lo mucho,
en que vivió, creciendo, sabia y lejos,
antes que le metieras en tu suave tocar.

Cómo mueve sus alas ya más lánguida;
así disiparás su vuelo, soñador,
hasta que su ala, por el cántico hechizada.
no la lleve más sobre mis paredes,
cuando la llame yo para gozar.


Rainer Maria Rilke

martes, 10 de febrero de 2015

Como fui en otro tiempo, así soy ahora...Poema de Alexander Pushkin-En aniversario su fallecimiento-

Como fui en otro tiempo, así soy ahora,
descuidado, amoroso. Bien sabéis, mis amigos,
si puedo una belleza mirar sin conmoverme,
sin tímida ternura, sin emoción secreta.
¿Jugó poco el amor, acaso, en mi existencia?
¿Bastante no luché cual joven gerifalte
en la red traicionera tendida por la Cipria?*
Pero aún no escarmentado por centenas de ofensas,
ante otros nuevos ídolos elevo mis plegarias...


Alexander Pushkin

domingo, 8 de febrero de 2015

Premios Goya - Discurso agradecimiento de Antonio Banderas

Todo lo que tengo se lo debo a mi profesión, a la que preferiría denominar vocación, pero mucho más importante que esto, lo que realmente le debo no es tanto lo que tengo, sino lo que soy.

La vida como una aventura y quizás como un juego. Siempre me ha gustado la palabra jugar, incluso para definir mi tarea como actor, o director, o productor... Esto debe servir para revelar la verdadera naturaleza de quien ahora les habla. Decía mi paisano más ilustre don Pablo Picasso que ¨venía de lejos, pero era niño¨... pues eso, niño.

Si desde una de esas butacas pudiese observar a ese otro yo llamado Antonio Banderas, premio en mano, habría de reconocer, que el que está aquí subido no solo me pertenece a mí, sino a mucha gente, a todos esos que le fueron añadiendo trozos de vida, piezas de un puzle de distintos colores, y formas. Todos esos ojos que me marcaron un camino, esas bocas que hablaron palabras sabias, esas almas que me acompañaron hasta donde hoy estoy, hasta este mismo escenario. Todos ellos son yo, y de alguna manera yo también soy ellos.

Si miro hacia atrás me veo viejo, pero si echo la vista hacia adelante me veo muy joven. En la propia naturaleza del galardón que hoy recibo, no por un trabajo en concreto sino por una trayectoria, va implícita una reflexión que se bifurca en dos direcciones, una hacia el pasado y otra hacia el futuro.

De esa mirada al pasado surgen nombres propios, Gigantes del cine y la farándula, con los que tuve la suerte, el honor y el privilegio de compartir la pantalla, en ese plató llamado vida, a un lado y otro del Atlántico. personas que dejan huella en los que, como yo, fuimos afortunados de cruzarnos en su camino. Entre esos nombres, muchos conocidos, reconocidos, admirados y celebrados, pero también entre esos que en algún momento fueron parte de mi vida hay personas a los que el público no conoce, personas que nunca estarán nominadas, a los que nadie pedirá un autógrafo, que no caminan sobre las alfombras rojas, ni son deslumbrados por los flashes de las cámaras y que sin embargo son parte de la gran familia del cine. Carpinteros, pintores, electricistas, conductores, especialistas, compañeros, amigos con los que compartí y quiero seguir compartiendo muchas horas, muchas historias, muchos recuerdos, en esas vidas en miniatura que son los rodajes.

Todavía con la mirada en el pasado me veo obligado a recordar y rendir tributo a la figura de dos personas a las que vi hacerse cada vez más pequeñas desde la ventana de un tren Costa del Sol, a las seis de la tarde de un 3 de agosto de 1980. Eran mis padres que asustados de que su hijo hubiese sido víctima de un ataque de insensatez, lo despedían esperanzados de que la razón se impusiese finalmente en la mente de ese niño que fui, y que sigo siendo. Pero la razón perdió la batalla, porque no era la mente sino el corazón lo que me guiaba. Una misión y una determinación viajaban conmigo en ese tren. La misión: convertirme en aquello que admiraba, en esos seres mágicos que desafían al tiempo, y al espacio. esos que me habían hecho viajar a la vez, en una extraordinaria pirueta artística, tanto a los lugares más lejanos, como a los más recónditos de mi alma, los actores.

La determinación: nunca, nunca volvería a mi Málaga con las manos vacías.

Ahora con este Goya en las manos alguien debe pensar que mis objetivos se cumplieron, y efectivamente es así, pero solo de forma parcial. La aventura continúa y la ruta se hace más complicada y por lo tanto más apasionante, especialmente ahora, en tiempos de crisis, pero, esta profesión siempre ha vivido en crisis. Estamos acostumbrados, somos un colectivo de supervivientes. A veces me he preguntado si el confort y la tranquilidad de lo que es estable, y permanente me permitiría acceder a los complicados entresijos de una vida en el arte. No, la crisis es nuestro estado natural, debe de serlo, hemos de asumir y abrazar la inseguridad de nuestra profesión. Es el caos el mejor aliado de cualquier artista, debemos disfrutar con las manos sucias en el barro que debemos moldear y con el aliento de la incertidumbre que proporciona tanto el éxito como el fracaso tras el cuello. En ello hemos de obligatoriamente vivir.

Hoy, con la figura de don Francisco de Goya en las manos sé que son nuestros artistas, nuestros intelectuales, y nuestra cultura la mejor manera de saber lo que somos, y de cómo hemos llegado hasta aquí, y observando algunos de los paisajes que se ven a través de esa ventana brillante que todos tenemos en nuestras casas y darnos cuenta de que la mediocridad se ha convertido en el mayor negocio de nuestro tiempo, hemos de volver a mirar con los ojos bien abiertos para tratar de desentrañar cual es la advertencia que se esconde tras las obras de Goya, o de Picasso, para maravillarnos de cómo fueron capaces Falla, Tárrega, Albéniz o Granados para encajar a España en una partitura, o Cervantes, Unamuno, Valle Inclán, Lorca, Machado, Cernuda, Albornoz o Ayala tatuando sobre papel las miserias y grandezas de nuestro pueblo, también expresado, por supuesto, por Buñuel, Berlanga, Saura, Erice, mi queridísimo y admiradísimo Pedro Almodóvar, así como tantos otros.

No sé si este premio me llega cuando me tenía que llegar, o si lo merezco, pero creo haber sabido sobrevivir con dignidad y constancia entre los bosques de las subjetividades, las mermeladas del éxito, los páramos desiertos del fracaso y las luces de gas. Pero si algo me hace sentir este galardón es un impulso a apresurarme, a deshacerme de aquello que me ha servido hasta ahora pero que ya no quiero seguir usando. Sé que este reconocimiento establece casi como si de un pistoletazo de salida se tratase una carrera contra el tiempo para no dejar lo realmente importante en el tintero, para entregarme en cuerpo y alma a encontrar los caminos que me quedan por recorrer, y que, espero me lo perdonen por expresarlo de esta manera, creo, deseo, y sé, que serán los definitivos, aquellos en los que más se me reconozca, porque ahora me he dado cuenta de algo que en mis inicios estaba oculto, o quizás no completamente identificado. Ahora se de forma clara que elegí este camino, y opté por subirme a aquel tren porque de forma inconsciente sabía que la cultura y el arte eran la mejor manera de entender el mundo en el que me había tocado vivir.

No importa lo lejos que me llevo mi propia trayectoria como actor, y el agradecimiento que siento por el mundo de Hollywood, que es mucho por lo bien que allí se me ha tratado, y se me ha considerado. O el respeto que siento por mis hermanos hispanoamericanos. Tienen ustedes que creerme cuando les digo que cada vez que terminaba un plano, una secuencia, una película, mi mente estaba puesta en España, no en Arizona, en Cleveland o en Ohio, no, no, para mí lo importante era saber cómo se vería este trabajo en mi tierra, y para ser más específicos en Málaga, y para ahondar aún más, en mi barrio.

Termino ya haciendo una alusión directa al futuro. No en el mío, sino en el de nuestro cine, pues aquí, esta noche se concentra un número importante de gente joven que aparte de tener gran talento han sabido rápidamente adquirir un compromiso y una responsabilidad para con ustedes, el público, del que reclaman un espíritu crítico que los haga ser mejores, un entendimiento claro de los parámetros en los que se mueve el cine español que los acerque a la realidad de nuestra situación precaria en relación con otras cinematografías, y sobre todo yo les reclamo para ellos, para esas nuevas generaciones de actores, directores, y profesionales del cine, el cariño, y el apoyo que les haga sentir y saber que su esfuerzo y su sacrificio no cae en saco roto, que merece la pena esforzarse para representar a nuestra cinematografía tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Creo que todo premio debe de ser dedicado, y yo mandaré esta dedicatoria a quien quizás haya sufrido más mi pasión por el cine, mis ausencias prolongadas, mis compromisos profesionales. Es la persona de la que me perdí los mejores planos, las mejores secuencias, y que sin embargo ha sido mi mejor producción. Te dedico este premio pidiéndote perdón, a ti Stella del Carmen, a ti hija mía.

Me voy, pues acaba de comenzar la segunda parte del partido de mi vida.

Gracias.

martes, 3 de febrero de 2015

Oda al tiempo - Poema de Pablo Neruda

Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo rio,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada día
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.


Pablo Neruda

lunes, 2 de febrero de 2015

Gatomaquia - Poema de José Fernández de la Sota

Tú no puedes sentir lo que yo siento
cuando cada mañana me levanto
dispuesto a serme estoico y descontento
de lo que veo no sin cierto espanto
reflejado en la luna del retrete:
un gato frío Un gato engatusado
por el olor a leche que se mete
de rondón en el hórrido excusado
Un gato con zapatos y bigote
Un contumaz minino atribulado
Un animal doméstico y sediento
de gata leche y lecho Un pasmarote
como tú pero menos encumbrado
que tiene que maullar por su sustento.
 José Fernández de la Sota