jueves, 14 de mayo de 2015

EL JARDÍN DORMIDO - Poema de Mahmud Darwish

Cuando el sueño la abrazó, yo robé mi mano,

Cubrí sus sueños,

Vi la miel ocultarse tras sus párpados,

Recé por dos piernas milagrosas,

Me incliné sobre los latidos de su corazón,

Vi trigo sobre mármol y sueño.

Una gota de mi sangre lloró,

Temblé...

El jardín duerme en mi lecho.

 Fui hacia la puerta

Sin volverme hacia mi alma dormida,

Oí el tintineo antiguo de sus pasos y las campanas de mi corazón.

 Fui hacia la puerta

-         la llave está en su bolso

y ella duerme como un ángel después del amor-.

Noche sobre lluvia en la calle y ningún ruido

Salvo los latidos de su corazón y la lluvia.

 Fui hacia la puerta.

Se abre,

Salgo.

Se cierra,

Mi sombra se desliza tras de mí.

¿Por qué digo adiós?

Desde ahora soy extraño a los recuerdos y a mi casa.

Bajé las escaleras.

Ni un ruido,

Salvo los latidos de su corazón, la lluvia

Y mis pasos sobre la escalera que desciende

Desde sus manos al deseo de viajar.
 
Llegué al árbol.

Allí, ella me abrazó,

Allí me golpearon los rayos de plata y clavel,

Allí comenzaba su universo,

Allí se terminaba.

Me detuve unos instantes hechos de azucenas y de invierno,

Me marché,

Dudé,

Luego me marché.

Recogí mis pasos y mi recuerdo salado

Y me marché en mi compañía.
 
Ni despedida ni árbol.

Los deseos se han dormido tras las ventanas,

Todas las historias de amor

Y todas las traiciones se han dormido tras las ventanas,

Y la policía secreta también...
 
Rita duerme... duerme y despierta sus sueños.

Por la mañana recogerá su beso

Y sus días,

Luego preparará mi café árabe

Y su café con leche.

Me preguntará, por milésima vez, por nuestro amor

Y responderé:

Soy el mártir de las manos que,

Cada mañana, me preparan el café.
 
Rita duerme... duerme y despierta sus sueños.

-         ¿Nos casaremos?

-         Sí.

-         ¿Cuándo?

-         Cuando crezcan violetas

En las gorras de los soldados.
 
He recorrido las calles, el edificio de correos,

Los cafés de las aceras, los clubes nocturnos

Y las ventanillas de venta de billetes.

Te amo, Rita. Te amo. Duerme, yo parto

Sin motivo, como los pájaros violentos, yo parto

Sin motivo, como los vientos débiles, yo parto.

Te amo, Rita. Te amo. Duerme.

Dentro de trece inviernos preguntaré:

¿Todavía duermes

o te has despertado?

¡Rita! Te amo, Rita,

Te amo...

Mahmud Darwish

lunes, 11 de mayo de 2015

Desde hace mucho mi corazón ha estado con el tuyo...

Desde hace mucho, mi corazón ha estado con el tuyo...
cercado en el enredo de tus brazos hasta
una oscuridad donde nuevas luces nacen y crecen,

Hace tiempo tu ánimo ha entrado en
mi beso como un extranjero
en las calles y colores de una ciudad
que tal vez he olvidado
cómo siempre (con
qué apresurada crudeza
de sangre y carne) Amor
acuña Su más gradual gesto,
y aguza vida a eternidad

- - después nuestras mitades separadas llegarán a ser museos
repletos de memorias bien colmadas.


Cummings

Cañaveral – Poema de Ángela Figuera -

Entre las cañas tendida;
sola y perdida en las cañas.

¿Quién me cerraba los ojos,
que, solos, se me cerraban?

¿Quién me sorbía en los labios
zumo de miel sin palabras?

¿Quién me derribó y me tuvo
sola y perdida en las cañas?

¿Quién me apuñaló con besos
el ave de la garganta?

¿Quién me estremeció los senos
con tacto de tierra y ascua?

¿Qué toro embistió en el ruedo
de mi cintura cerrada?

¿Quién me esponjó las caderas
con levadura de ansias?

¿Qué piedra de eternidad
me hincaron en las entrañas?

¿Quién me desató la sangre
que así se me derramaba?

...Aquella tarde de Julio,
sola y perdida en las cañas.

Ángela Figuera