viernes, 18 de mayo de 2018

CRISÁLIDA - poema de Juan Carlos García Hoyuelos

(Poema incluido en su primer libro: "Desde mi otro lado")

Algo ínfimo se mueve
en el transeúnte arroyo,
bajo la atenta
protección de los erizados juncos,
encima de los guijos
de una acostada muralla.

No son los peces sembrando
burbujas su cristalino cielo,
ni el perezoso remo de la corriente,
tampoco es el agua
que estornuda cuando
siente que me aproximo,
ni tú, carnal pensamiento,
ingrávido  diálogo de un amor cautivo.

Me acerco, llevado por el empuje
de no tener otra cosa mejor que hacer,
y mi leve asomo se sorprende
al  descubrir
una crisálida que acaba
de romper su arnés.

Como si una diminuta rama
cobrase vida secando
al sol sus adheridas
láminas de vidrio,
imagino
tu maravilloso nacimiento.

Frente a ti, verdes riberas,
álamos vestidos
con telas de muchas lunas llenas,
un jardín anárquico y salvaje,
vetusto y frágil,
y el crepúsculo  del atardecer
sujeto en tus hélices.

Frente a mí, el desenlace
de tu metamorfosis
detiene los latidos
encaramados en mi muñeca.
Ahora, y solamente ahora, el paso
del tiempo me es liviano,
apenas imperceptible.

Aquí, en la cornisa
de la orilla, al lado
de la crisálida, me quedaría
como se quedan los carrizales,
brotando de la frescura del agua.

Y es que allí, poco después
de cerrar la puerta,
en el interior de la sima
de mi dormitorio,
los hilos de mi congoja
coserán la noche en la más triste página.

Juan Carlos García Hoyuelos



viernes, 4 de mayo de 2018

Cañaveral – Poema de Ángela Figuera -


Entre las cañas tendida;
sola y perdida en las cañas.

¿Quién me cerraba los ojos,
que, solos, se me cerraban?

¿Quién me sorbía en los labios
zumo de miel sin palabras?

¿Quién me derribó y me tuvo
sola y perdida en las cañas?

¿Quién me apuñaló con besos
el ave de la garganta?

¿Quién me estremeció los senos
con tacto de tierra y ascua?

¿Qué toro embistió en el ruedo
de mi cintura cerrada?

¿Quién me esponjó las caderas
con levadura de ansias?

¿Qué piedra de eternidad
me hincaron en las entrañas?

¿Quién me desató la sangre
que así se me derramaba?

...Aquella tarde de Julio,
sola y perdida en las cañas.

Ángela Figuera


jueves, 3 de mayo de 2018

Adiós - Poema de Eugenio de Nora


¿Recuerdas? Era así. Césped de alfombra
florecía en colores dulcemente,
y en la vibrante y tibia y clara sombra
era verdad tu cuerpo adolescente.

Dorados, rosas, blancos, tus vestidos:
gaviotas de aquel cielo, extenuadas
por adioses inmensos, sólo oídos
en mis remotas playas deslumbradas.

¡Adiós, amor! Tu fuego ya en mi pecho.
¿Dónde el mundo y su forma, luz gozosa?
¡Huye, cintura breve, astro deshecho,

opaca ya en tu piel la luz hermosa!
Nada quedaba, boca. Así fui hecho
a la furia: besar un ascua rosa.


Eugenio de Nora