El señor Fernández comenzó por negar la mayor, diciendo que no era cierto, que
esa cantidad no era correcta, y que como cualquiera podía comprender, era
imposible poder servir un menú por ese precio, con los gastos que ello conlleva
de personal, etc., y poder obtener unos beneficios como cualquier otra empresa
o negocio.
Lo que no sabía este señor es que el periodista tenía en la mano un ticket en
el que figuraba dicho importe, cosa que corroboraron el resto de tertulianos
que le acompañaban.
La respuesta del Sr. Fernández fue ceder, pero sólo a medias, diciendo.
"Puede ser ese el precio, pero sólo de un plato, o medio menú. El menú
completo cuesta más, como el de un restaurante normal y corriente"
De nuevo el periodista volvió a insistir: "En el ticket que yo tengo pone: Dos platos, postre, bebida y café".
Ante esta aseveración, el presidente de la patronal, sin querer dar su brazo a
torcer, respondió que no estaba al corriente del precio, que a pesar de ser él
mismo el concesionario, no conocía el importe de los menús que se servían a sus
señorías en los restaurantes de estas tres instituciones.
Ante la perplejidad de los periodistas por esta respuesta, vino a decir que: "De otra manera, su negocio sería una ruina, y por eso, esos servicios ESTAN SUBVENCIONADOS CON FONDOS PÚBLICOS".
Nos hemos enterado, pues, que sus señorías, a pesar de cobrar suculentas dietas, que justifican en tener que vivir en una ciudad que no es la suya de residencia habitual, sólo pagan por sus comidas una tercera parte de lo que cuesta el menú más barato a cualquier otro trabajador que tiene que mantenerse de su bolsillo.
Nos enteramos también de que le cuesta menos la comida a un senador o diputado
de lo que paga cualquier escolar por llevar su comida de casa en una fiambrera,
que paga 3,80€ por el uso del comedor y del horno microondas en que se la
calienta.
Nos hemos enterado, de paso, que a costa del dinero de todos, cuando una
empresa es ruinosa, que vendiendo a precios por debajo del costo se podría ir a
pique, es rescatada con los dineros de todos, incluidos de los que están en el
paro, de los que no llegan a fin de mes, de los que tienen que hacer ingeniería
financiera para repartir el sueldo de miseria que cobran al llegar el primero
de cada mes.
Ya conocemos el motivo por qué el anterior Presidente del gobierno, Sr. Zapatero, cuando le preguntaron en TV el precio de un café en un bar cualquiera, no supiera el importe. Si tenemos en cuenta que dos platos, postre, bebida y café valen 3,55€ el café sólo debe andar bastante por debajo de los 80 céntimos que este señor aseguró que costaba.
Basta ya de casta de privilegiados que sólo conocen la crisis por que han oído hablar de ella.
Basta ya
de vividores del cuento que se reservan para ellos unos derechos que están
quitando al pueblo.
Basta ya
de gentes sin escrúpulos, sin cultura muchos de ellos y sin vergüenza todos,
que están viviendo a costa de robar y quitar derechos a los demás, para crearse
para sí mismos los que les viene en gana.
NOTA: Recibido en un correo electrónico.
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