Este pan que quiebro una
vez fue la avena,
este vino en un lejano
árbol
se sumergió en su fruto;
el hombre de día o el vino
de noche
cultivó poco, quebró
la alegría de la uva.
Una vez en tiempo de vino
sangre de verano
golpeó los racimos que la
vid adornaban,
una vez en este pan
la avena fue feliz en el
viento;
el hombre quebró el
sol, el viento dominó.
.
Esta piel que quiebras,
esta sangre que dejas
en las venas se desconsuele,
eran la uva y la avena
que nacen de la savia y
raíz sensual;
tú bebes mi vino, tú
arrebatas mi pan.
Dylan Thomas
.
Versión de Raquel Partnoy
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