lunes, 30 de enero de 2017

Canción rota - Poema de Carmen Martín Gaite

Siempre que iba a cantar
algo se interponía
y a mí no me importaba,
¡había tanto tiempo!

Mi canción se quedaba en el alero,
confiada,
meciéndose en la espera
cuajada de horizontes.

Si alguna vez con mudo gesto
antiguo
acaricio las cuerdas,
el aire se retira
y el corazón me late nuevamente
con aquellos latidos turbulentos,
heraldos de mi canto.

¡Ay, mi canción truncada!
Yo nunca tenía prisa
y la dejaba siempre,
amor,
para después.

Carmen Martín Gaite


sábado, 21 de enero de 2017

INVENTAR CONTIGO UN VERBO - Poema Juan Carlos García Hoyuelos

Voy a imaginar que en tu piel
invento un verbo
y, al conjugarlo, desaparece
cualquier referencia
a nuestro pasado:
aprenderíamos a besar de nuevo,
muy intensamente,
bisoños en el pecado.

Nacer en la armonía
de tus latidos, omitir el primer llanto;
ser el prólogo de tus caricias
antes de delatarnos
con el delirio intermitente de nuestros faros.
En tu boca, el néctar,      
la mejor coartada,          
mi rito pagano.

Y juntos, lejos de tierra firme
y bajo un cielo asido en los ojos,
sin referencias, sin retorno
ni brújula que señalase el norte.
Tú y yo, como verbos inventados,
seríamos esos apátridas
de la bandera de arco iris,
las agujas incautadas
a nuestros relojes.  

Juan Carlos García Hoyuelos



Jardín de invierno - Poema de Pablo Neruda

Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.

Pablo Neruda

martes, 10 de enero de 2017

Mereces un amor - Poema de Frida Kalho

Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.

Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.

Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.

Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.

Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.

Frida Kahlo

martes, 3 de enero de 2017

La danza de la nieve blanca - Poema de Ángeles Marcos

Desde un palacio de cristal y escarcha 
entre montañas de nieve escondido,
la reina del invierno “Nieve Blanca”
con su manto largo y blanco ha salido.
Trae sus rizos plateados al viento,
y un vestido de estrellas bordado,
descendiendo desde las altas cumbres,
su danza fría y blanca ha comenzado...

Baja danzando entre los ventisqueros,
los peñascos, girando en remolimos
la danza que baila cada invierno
entre armónicos cristales cristalinos.
Y su gélida presencia se adelanta
en murmullos que viene despertando,
¡trae el sueño a la vida que se esconde
y todo el bosque la espera susurrando...!

-Ya viene – cuchichean los abedules,
parloteando con los pinos atrevidos,
y los enebros y madroños cotillean...
-¡Nieve Blanca, el invierno ha traído!
... Y ella, taconea su danza de nieve
entre copos y cierzo escarchado.
-¡A dormir... que nadie se pierdaaa!- dice
un viejo y sabio... pino... ¡cuidadooooo!

Los abetos plateados acurrucan
bajo sus ramas, un mundo escondido
de lirones, marmotas y oseznos,
que acunados se quedan dormidos.

Bajo un plumoso edredón blanco, blanco,
todo el bosque se queda callado...
¡chisss... silencio, que duerme la vida,
¡Nieve Blanca, su danza ha danzado...!


Ángeles Marcos

Hay un Niño que dicen - Poema de Gloria Fuertes

Hay un Niño que dicen
que llora música.

¡Vamos a verle todos
con aleluya!

Hay un Niño nacido.

¡Qué resplandores!

¡Vamos a verle todos
no sea que llore!

¡Hay un Niño con alas
en el pesebre…!

Vamos a ir despacio
para que no se vuele.

Gloria Fuerte