Demasiado dolor para preguntar
por los gritos desatendidos del bosque,
demasiado dolor sin respuesta, en vigilia,
a causa de una mala hierba de hojas punzantes.
Te resististe, le plantaste cara.
Los que dudan del llanto, de la palabra,
del miedo domando una falda,
hoy callan, esos cobardes callan.
Se apagó tu voz, y pese a ello habrá
quienes sigan alimentando
los puntos suspensivos, los matices,
seguirán royendo los hechos consumados
ante la ambigüedad intencionada de las leyes.
No es no, un rotundo no,
¿tan difícil es de entender?;
se pronuncie nítidamente o en voz baja,
o acaso presa del pánico, maniatada,
se someta en silencio, tiritando,
-sólo con pensarlo, yo también enmudezco-
al gemido nauseabundo de un mal nacido,
o al de una manada que jalea
mientras graban su repugnante hazaña.
No es no, lo demás es violación.
No es no, ni una mujer menos.
Juan Carlos García Hoyuelos
** ilustración que Laura Luelmo subía este pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
por los gritos desatendidos del bosque,
demasiado dolor sin respuesta, en vigilia,
a causa de una mala hierba de hojas punzantes.
Te resististe, le plantaste cara.
Los que dudan del llanto, de la palabra,
del miedo domando una falda,
hoy callan, esos cobardes callan.
Se apagó tu voz, y pese a ello habrá
quienes sigan alimentando
los puntos suspensivos, los matices,
seguirán royendo los hechos consumados
ante la ambigüedad intencionada de las leyes.
No es no, un rotundo no,
¿tan difícil es de entender?;
se pronuncie nítidamente o en voz baja,
o acaso presa del pánico, maniatada,
se someta en silencio, tiritando,
-sólo con pensarlo, yo también enmudezco-
al gemido nauseabundo de un mal nacido,
o al de una manada que jalea
mientras graban su repugnante hazaña.
No es no, lo demás es violación.
No es no, ni una mujer menos.
Juan Carlos García Hoyuelos
** ilustración que Laura Luelmo subía este pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
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