Aunque nuestra pasión hizo jirones
la blusa de la luna
y cubrió el techo de perseidas,
como la nieve
nos fuimos poco a poco
retirando de las montañas.
Ninguno de los dos
supo llamarlo amor.
Fue tan fácil: tú y yo,
más que amigos,
sudor híbrido,
espuma jaleada por la anarquía.
Y, sin embargo, el alba
a falta de hallar el sustento
en nuestras bocas,
tuvo que alimentarse
de los ruidos de la calle.
Tal vez si uno de los dos
lo hubiese llamado amor…
Por qué negarlo,
sigo echándote de menos.
El orgullo no consuela los silencios.
Puede que no haya
estado enamorado de ti, no lo sé,
pero… si tú te hubieses
atrevido a llamarlo amor,
ahora no estaría rescatando
tu nombre de la playa.
Juan Carlos García Hoyuelos
* versos del poemario inédito "El llanto de las sombras". Nota: la ilustración no es del autor del poema.
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