con espíritu agitado y ojos de pavor,
nos consumimos y planeamos cómo hacer
para evitar el seguro peligro que así terriblemente nos amenaza.
Y sin embargo estamos equivocados,
ése no está en nuestro camino:
falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimos bien).
Otra catástrofe, que no la imaginábamos,
repentina,
violenta cae sobre nosotros y no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.
[Constantino Cavafis]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.