Mi padre y
mi tío se embarcaron por primera vez con nueve años,
y aprendieron a navegar en el “Bustío”.
Eran duros los patrones de entonces,
y aprendieron a navegar en el “Bustío”.
Eran duros los patrones de entonces,
de aquellos
que en días de tormenta apretaban los puños
y mirando al cielo amenazaban a Dios:
“¡ven aquí si tienes lo que hay que tener!”.
y mirando al cielo amenazaban a Dios:
“¡ven aquí si tienes lo que hay que tener!”.
Cuando eran
chiquillos, los cuatro hermanos mayores
tenían que ir a misa por turnos,
ya que sólo había un traje en casa. Cuando uno volvía de la iglesia,
tenían que ir a misa por turnos,
ya que sólo había un traje en casa. Cuando uno volvía de la iglesia,
se quitaba
el traje, se lo daba al siguiente,
y así solían ir a misa,
cada cual a su hora, cada uno con sus propios zapatos.
y así solían ir a misa,
cada cual a su hora, cada uno con sus propios zapatos.
Cuando era
niño, el día en que mi padre llegaba del mar,
solíamos esperarlo en el espigón más alejado del puerto,
mirando hacia el Oeste. Aunque al principio
solíamos esperarlo en el espigón más alejado del puerto,
mirando hacia el Oeste. Aunque al principio
no se veía nada,
pronto
uno de nosotros divisaba en el horizonte
un punto negro, que poco a poco se convertía en barco.
uno de nosotros divisaba en el horizonte
un punto negro, que poco a poco se convertía en barco.
Tardaba una
hora en llegar hasta el espigón,
y giraba frente a nosotros antes de entrar a puerto.
Mi padre nos saludaba con la mano.
y giraba frente a nosotros antes de entrar a puerto.
Mi padre nos saludaba con la mano.
Nada más
pasar el barco, corríamos
hacía el lugar donde atracaba.
Incluso estando en las últimas, mi padre
hacía el lugar donde atracaba.
Incluso estando en las últimas, mi padre
siempre
alababa la vida,
nos decía que hay que vivir el momento,
que si siempre estás preocupado la vida se te escapa.
nos decía que hay que vivir el momento,
que si siempre estás preocupado la vida se te escapa.
Y nos decía:
tenéis que ir
más al Norte, no hay que echar la red
allí donde sabéis que seguro habrá pescado,
más al Norte, no hay que echar la red
allí donde sabéis que seguro habrá pescado,
hay que
buscar un poco más allá,
sin conformaros con lo que ya tenéis.
“La muerte no vencerá”,
sin conformaros con lo que ya tenéis.
“La muerte no vencerá”,
escribió
Dylan Thomas,
pero de vez en cuando gana,
y así terminó también la vida de mi padre,
pero de vez en cuando gana,
y así terminó también la vida de mi padre,
como un
barco que se pierde en el horizonte
girando hacia el Oeste,
dibujando recuerdos en su estela.
girando hacia el Oeste,
dibujando recuerdos en su estela.
Kirmen Uribe
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.