miércoles, 13 de enero de 2016

Oda al holderin – Poema de Herman Hesse

Amigo de mi juventud, a ti regreso agradecido 
ciertos atardeceres, cuando entre los saúcos 
en el jardín que duerme suena sólo 
la fuente susurrante. 

Hoy nadie te conoce, amigo mío; en estos tiempo nuevos 
muchos se han apartado del encanto tranquilo de la Hélade, 
sin oraciones y sin dioses 
prosaicamente el pueblo camina sobre el polvo.

Pero para una secreta multitud de absortos entrañables 
a los que el dios llenó el alma de anhelos 
aún suenan las canciones 
de tu arpa divina.

Cansados del trabajo regresamos ansiosos 
a la ambrosiaca noche de tu canto, 
cuyas flotantes alas nos protegen 
con un sueño dorado.

Y cuando nos encanta tu canción más ardiente se enciende, 
más dolorosamente arde hacia el país dichoso del pasado 
hacia los templos de los griegos 
esta nostalgia que jamás termina.

Hermann Hesse

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante.