miércoles, 30 de mayo de 2012

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor "del fuego"

Para tomarse un ratito!!!!!!!!!!! Muy hermoso!!!!!!!!!!!!!!!!!


Alguien me dijo que no es casual...que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.

Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de "un fuego", nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.

Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.

Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un exámen, o para cerrar una noche de cine. Las de "veníte el sábado" porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.

El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada...y sin embargo...detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.
Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.
Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.

Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.

Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.

Entonces...los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.

Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir.

Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.

 Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.

Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor "del fuego" que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida
 (Simone Seija Paseyro, uruguaya)

¡DE MADRE A MADRE ¡¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA LOS HUMANOS DERECHOS!!!!

Hace poco, las madres de PANDILLEROS  encarcelados, realizaron una manifestación, exigiendo los  "DERECHOS" de sus hijos.

Acá está la respuesta de una  madre ciudadana, hacia la madre que protestaba.

DE  MADRE A MADRE: 


"Vi tu enérgica protesta delante de las  cámaras de TV, en la reciente manifestación en favor de la  reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a  sus familiares, y con mejores prestaciones.

Vi cómo te  quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que  supone económicamente para tí, ir a visitarlo como consecuencia de  esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática  que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que  tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas  que querían ser solidarias contigo, y que contabas con el apoyo de  algunas organizaciones y sindicatos populistas, comisiones  pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos  humanos, ONGs etc. etc. 


Yo también soy madre y puedo  comprender tu protesta e indignación.

Enorme es la  distancia que me separa de mi hijo. 


Trabajando mucho y ganando  poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para  visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo visitarlo los domingos,  porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación  del resto de la familia.

Felizmente, también cuento con el  apoyo de amigos, familia, etc.

Si aún no me reconoces, yo soy  la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo  salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos  menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos  disparados por tu hijo.

En la próxima visita, cuando tú estés  abrazando y besando a tu hijo en la cárcel yo estaré visitando al  mío y depositándole unas flores en su tumba, en el cementerio.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de  mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá  durmiendo en un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro  modo:seguiré sosteniendo a tu hijo malhechor.

Ni a mi casa, ni  en el cementerio, vino nunca ningún representante de esas  entidades (ONGs), que tan solidarias son contigo, para darme apoyo  ni dedicarme unas palabras de aliento.

¡Ni siquiera para  decirme cuáles son MIS DERECHOS!

¡Si estás de acuerdo con  esta carta, hazla circular!

Quizás entre todos, podamos  revertir estos valores que existen en nuestro país, donde los  delincuentes, ladrones, terroristas y corruptos tienen más  derechos que los ciudadanos honrados y trabajadores, que sólo  queremos vivir en paz.

¡ LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA LOS  HUMANOS DERECHOS ! 

jueves, 24 de mayo de 2012

HORA DE DESPERTAR - A. M. Molina

He pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos y el gobierno nos decía que España estaba de moda en el mundo, y Tierno Galván -¡Tierno Galván!- empezó la demagogia del político campechano y majete proclamando en las fiestas de San Isidro de Madrid aquello de “¡El que no esté colocao que se coloque, y al loro!” Tierno Galván, que miró sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuando un concejal le trajo pruebas de los primeros indicios de la infección que no ha dejado de agravarse con los años, la corrupción municipal que volvía cómplices a empresarios y a políticos.

Por un azar de la vida me encontré en la Expo de Sevilla en 1992 la noche de su clausura: en una terraza de no sé qué pabellón, entre una multitud de políticos y prebostes de diversa índole que comían gratis jamón de pata negra mientras estallaban en el horizonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un símbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servía para hacer literatura. Era la época de los grandes acontecimientos y no de los pequeños logros diarios, del despliegue obsceno de lujo y no de administración austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio. Llevar la contraria te convertía en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos años yo escribía una columna semanal en El País de Andalucía, cuando lo dirigía mi querida Soledad Gallego, a quien tuve la alegría grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escribía denunciando el folklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseñanza pública, el disparate de un televisión pagada con el dinero de todos en la que aparecían con frecuencia adivinos y brujas, la manía de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo y la mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artículo en el que ironizaba sobre un curso de espíritu rociero para maestros que organizó ese año la Junta de Andalucía: hubo quien escribió al periódico llamándome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no sé cuantos ofendidos por mi artículo, entre ellos, por cierto, un obispo. Recuerdo un concejal que me acusaba de “criminalizar a los jóvenes” por sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de una institución pública, después de una fiesta de la Cruz en Granada que duró más de una semana y que dejó media ciudad anegada en basuras.

El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer. Es algo que viene de antiguo, concretamente de la época de la Contrarreforma, cuando lo importante en la España inquisitorial consistía en mostrar que se era algo, a machamartillo, sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo, que no se era: que no se era judío, o morisco, o hereje. Que esa obcecación en la pureza de sangre convertida en identidad colectiva haya sido la base de una gran parte de los discursos políticos ha sido para mí una de las grandes sorpresas de la democracia en España. Ser andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisuras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser católico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofradía de la Macarena, ser machote, ser joven. La omnipresencia del ser cortocircuita de antemano cualquier debate: me critican no porque soy corrupto, sino porque soy valenciano; si dices algo en contra de mí no es porque tengas argumentos, sino porque eres de izquierdas, o porque eres de derechas, o porque eres de fuera; quien denuncia el maltrato de un animal en una fiesta bárbara está ofendiendo a los extremeños, o a los de Zamora, o de donde sea; si te parece mal que el gobierno de Galicia gaste no sé cuántos miles de millones de euros en un edificio faraónico es que eres un rojo; si te escandalizas de que España gaste más de 20 millones de euros en la célebre cúpula de Barceló en Ginebra es que eres de derechas, o que estás en contra del arte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en España es que tienes nostalgia de la educación franquista.

He visto a alcaldes y a autoridades autonómicas españolas de todos los colores tirar cantidades inmensas de dinero público viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que solo tienen eco en los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el séquito suelen o solían venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salones más caros del Waldorf Astoria para “presentar” un premio de poesía. Presentar no se sabe a quién, porque entre el público solo estaban ellos, sus familiares más próximos y unos cuantos españoles de los que viven aquí. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonómico me llamó para exigirme que saliera a recibir a su señoría a la puerta del edificio cuando él llegara en el coche oficial. Preferí esperarlo en el patio, que se estaba más fresco. Entró rodeado por un séquito que atascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablar por el móvil y dejarnos a todos, al séquito y a mí, esperando durante varios minutos. “Era Plácido”, dijo, “que viene a sumarse a nuestro proyecto”. El proyecto en cuestión calculo que tardará un siglo en terminar de pagarse.
Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que veía a un economista, era cómo un país de mediana importancia podía permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qué la ciudadanía ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el despertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebeldía práctica y otra de autocrítica. Rebeldía práctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto número de cosas y no solo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: que haya listas abiertas y limitación de mandatos, que la administración sea austera, profesional y transparente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que se debata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro país necesita para ser viable y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrático estén siempre por encima de los gestos enfáticos, de los centenarios y los monumentos firmados por vedettes internacionales de la arquitectura.

 Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931.

 Lo más raro es que el espejismo haya durado tanto.

martes, 22 de mayo de 2012

Basta de juegos. Antonio Muñoz Molina.

Estamos en el filo del abismo y parece que no pasa nada. Nos encontramos ante la peor crisis desde el final de la dictadura y seguimos entretenidos con los sectarismos, con los narcisismos identitarios, con las politiquerías de siempre, con las bromitas gamberras de creernos rebeldes porque silbamos un himno, de creernos radicales porque obedecemos una ortodoxia beata. Yo me acuerdo muy bien de como era 1977, 1978. También me acuerdo de 1973 y 1974. Todo lo que tenemos ahora y despreciamos y quizás solo valoraremos cuando lo hayamos perdido era entonces en gran medida una quimera. Todo lo que hemos disfrutado sin ninguna gratitud durante más de treinta años parecía inalcanzable. Hay dos maneras de juzgar lo que se tiene: una, comparándolo con un ideal de perfección, con un paraíso futuro o un paraíso pasado cuyo principal mérito común es que nunca han existido; otra, comparar con lo que teníamos antes, o con lo que tienen otros, en casi todo el mundo. España, claro, no es la sociedad más justa ni más igualitaria: pero es más justa, por ejemplo, que Estados Unidos, y más igualitaria y habitable que la mayor parte de los países del mundo. La imensa mayoría de nosotros nos hemos beneficiado de este sistema democrático hacia el que casi nadie siente ninguna obligación ni ninguna lealtad. Los que quieren autogobierno han tenido más del que tuvieron nunca, salvo en sus reinos de fantasía medievales o neolíticas; los que queremos igualdad ante la ley, libertad de expresión y servicios públicos fundamentales los hemos tenido y los tenemos más que en la mayor parte de los países del mundo real. Cómo es pasar una enfermedad grave en Estados Unidos y no tener un seguro suficiente para cubrirla; o querer darle una educación decente a los hijos.

Hay muchas cosas que a mí no me gustan en mi país, claro que sí. Lo digo alto y claro siempre que puedo. Pero he vivido en un país mucho más pobre y en un país sometido a una dictadura y sé cuál es la diferencia. Y sé que en estos momentos o buscamos por una vez defender entre todos lo mejor o vamos a hundirnos todos juntos. Llevamos treinta y tantos años cultivando diferencias, haciéndolas irreconciliables, inventándolas cuando no existían, echando sal en las heridas, prefiriendo la discordia, poniendo la tribu por encima de la ciudadanía. Y al mismo tiempo disfrutando de las libertades y los servicios de una sociedad avanzada. Tenemos casi seis millones de parados y una depresión atroz y seguimos negándonos a abrir los ojos, a encontrar cosas en común, a distinguir lo necesario de lo superfluo, a decidir razonablemente a qué cosas habrá que renunciar para salvar las imprescindibles. La energía necesaria para encontrar soluciones prácticas la seguimos dedicando, alentados por la chusma política, a buscar chivos expiatorios, a repetir eslóganes antes que a elaborar argumentos, a afirmarnos ferozmente mediante la negación de lo que creemos que no somos, que casi siempre es una parte de lo que somos.

Sucedió algo parecido en otra de las crisis pasadas, la más grave de todas, la del principio de la guerra civil. Los militares, los terratenientes y la iglesia católica se levantaron contra la República y cada una de las fuerzas que hubiera debido defenderla consideró que había llegado la ocasión de aprovechar el desastre para cumplir sus fines particulares: los anarquistas el paraíso anarquista, los socialistas de Largo Caballero el gobierno de Largo Caballero, los catalanistas la independencia de Cataluña, los nacionalistas vascos la independencia de Euskadi, etc. Esa República por la que ahora parece existir tanta nostalgia no tuvo a nadie o a casi nadie que la defendiera. Manuel Azaña, Juan Negrín, Indalecio Prieto, que creían en ella, se encontraron trágicamente solos. El resultado fue una guerra espantosa y casi cuarenta años de tiranía.
Demasiada gente está sufriendo ya para que sigamos sin tomarnos en serio la posibilidad de la ruina, la necesidad angustiosa de poner los cinco sentidos en lograr que las cosas puedan ser algo mejores para todos. Lo que suele venir cuando se hunde una democracia imperfecta no es una democracia perfecta ni un paraíso sino una calamidad seguida de una dictadura. Así que habrá formas más fértiles de heroísmo o de rebeldía que abuchear un himno en un partido de fútbol.

lunes, 21 de mayo de 2012

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel de Física 1921.

"...si un día tiene que elegir entre el mundo y el amor...
Acuérdese: si elige el mundo se quedará sin el amor,
pero si elige el amor, con él conquistará el mundo"

jueves, 17 de mayo de 2012

Fábula sin desperdicio.

PARA MEDITAR SERIAMENTE...

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas.
Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 céntimos y otra de menor tamaño, pero de un euro. Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
- Lo sé señor, vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles son los verdaderos tontos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
La cuarta, y conclusión más interesante: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

MORALEJA: 'El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente'...

miércoles, 16 de mayo de 2012

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel de Física 1921

Se cuenta que en una reunión social Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin.
En el transcurso de la conversación Einstein le dijo a Chaplin: 'Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal todo el mundo le comprende y le admira'.
A lo que Chaplin respondió: 'Lo suyo es mucho más digno de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende'.

domingo, 13 de mayo de 2012

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel de Física 1921.

Einstein tuvo tres nacionalidades: alemana, suiza y estadounidense.
Al final de su vida un periodista le preguntó que posibles repercusiones
habían tenido sobre su fama estos cambios.
Einstein respondió:
- 'Si mis teorías hubieran resultado falsas los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo, los suizos que era un científico alemán, y los alemanes que era un astrónomo judío'.

martes, 8 de mayo de 2012

SICAV, PARAÍSO FISCAL

Para no pagar por su dinero nada más que el 1% sólo tienen que invertirlo en una SICAV (Sociedades de Inversión Colectiva de Capital Variable), siglas que ocultan un auténtico paraíso fiscal legal en España, que no puede ser controlado por la Agencia Tributaria, y para lo que únicamente se necesita un capital mínimo de 2.404.048 euros.
Con este mecanismo legal, las grandes fortunas españolas, la élite financiera, no necesita llevarse su dinero al extranjero, ni evadirlo, porque aquí, en España puede tenerlo cómodamente, y retirarlo y usarlo cuando quieran, como si de un banco se tratase, y sin que su actividad pueda ser fiscalizada por el Ministerio de Hacienda.
Así lo explica en su libro "SICAV, paraíso fiscal" el profesor de Derecho y Economía en la Universidad Autónoma y Carlos III, Guillermo Rocafort.

PONER A LAS ZORRAS A GUARDAS LAS GALLINAS: El dinero invertido en las SICAV, y que en algunas ocasiones son constituidas por hombres de paja a los que en el argot financiero se les denomina“mariachis”, está únicamente controlado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, uno de cuyos vicepresidentes, en una claro conflictos de intereses, tal y como señala el autor, era propietario de una SICAV, constituida junto con a un ex Secretario de Estado de Economía. Algo que el autor del libro ha señalado gráficamente como “si pones a las zorras a guardar las gallinas”.
Rocafort señala en su libro que “llama la atención que fue éste político, - cuando ejercía sus funciones descritas, que la CNMV paró en 2005 la ofensiva de Hacienda contra las SICAV de manera fulminante”.
El debate ha sido abierto por este polémico libro, en un momento en que la clase media y la mayoría de los trabajadores ven cómo se le suben sus impuestos y la crisis hace mella en su economía.
Pero no todos pagaremos la crisis igual, o al menos eso parece.

lunes, 7 de mayo de 2012

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel Física 1921

Uno de los chistes favoritos que Einstein relatara en reuniones con políticos y científicos.

Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su Teoría de la Relatividad era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias.
Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
- 'Si quiere -le dijo el chofer- lo puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.'
Einstein estuvo de acuerdo y antes de llegar al siguiente lugar intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante.
Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein no se descubrió la farsa.
El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein.
Al final un profesor en la audiencia le hizo una pregunta.
El chofer no tenía ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de inspiración y le contestó: 'La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que se la responda la persona que se encuentra al final de la sala...que es mi chofer'

domingo, 6 de mayo de 2012

Bertolt Brecht


Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.

Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel de Física 1921.

Se dice que:  En una conferencia que Einstein dio en un Colegio de Francia, el escritor francés Paul Valery le preguntó: 'Profesor Einstein cuando tiene una idea original ¿qué hace? ¿La anota en un cuaderno o en una hoja suelta?' A lo que Einstein respondió: 'Cuando tengo una idea original no se me olvida'.
Dedicado a los franceses por la victoria de Hollande

sábado, 5 de mayo de 2012

Poema de la Despedida

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.


José Ángel Buesa

NOTA: Buen fin de semana

jueves, 3 de mayo de 2012

Un sindiós. De Juan José Millás

Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir. Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades. Recibido por correo electronico. Estoy de acuerdo en mucho de lo que se dice.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Albert Einstein (1879-1955) Nóbel de Física 1921.

Durante el nazismo Einstein, a causa de ser judío debió de soportar una guerra en su contra a fin de desprestigiar sus investigaciones. Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de 100 científicos que contradecían las de Einstein editadas en un libro llamado'Cien autores en contra de Einstein'. A esto Einstein respondió:'¿Por qué cien? Si estuviese errado haría falta sólo uno'.