Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su Teoría de la Relatividad era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias.
Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
- 'Si quiere -le
dijo el chofer- lo puedo sustituir por una noche. He oído su
conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.'
Einstein estuvo de
acuerdo y antes de llegar al siguiente lugar intercambiaron sus ropas y
Einstein se puso al volante.
Llegaron a la sala
donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos
presentes conocía a Einstein no se descubrió la farsa.
El chofer expuso la
conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein.
Al final un profesor
en la audiencia le hizo una pregunta.
El chofer no tenía
ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de
inspiración y le contestó: 'La pregunta que
me hace es tan sencilla que dejaré que se la responda la persona que se
encuentra al final de la sala...que es mi chofer'
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.