lunes, 21 de diciembre de 2020

De invierno - Rubén Darío

 En invernales horas, mirad a Carolina.

Medio apelotonada, descansa en el sillón, 

envuelta con su abrigo de marta cibelin

y no lejos del fuego que brilla en el salón. 

El fino angora blanco junto a ella se reclina, 

rozando con su hocico la falda de Aleçón, 

no lejos de las jarras de porcelana china 

que medio oculta un biombo de seda del Japón. 

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: 

entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; 

voy a besar su rostro, rosado y halagüeño 

como una rosa roja que fuera flor de lis. 

Abre los ojos; mírame con su mirar risueño, 

y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Rubén Darío


domingo, 13 de diciembre de 2020

Testigo de excepción - Francisca Aguirre

Un mar, un mar es lo que necesito.

Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.

Francisca Aguirre 




martes, 8 de diciembre de 2020

NO IMAGINO - Juan Carlos García Hoyuelos

No imagino un día 

en el que las cumbres

se alejen de Castilla,

ni un mar que apacigua 

su indomable carácter

por no sentir como propia

la fortaleza de Santoña.


No imagino la soledad

de mi patria negada

por las almenas, por las atalayas,

por el aljibe que harto

de su quietud reprocha

cuán no haber sido libre como un río.


Fuiste brazos de barbacana,

ojos de adarve,

dientes de dovela, boca de matacán,

fuiste caminar en tu hoy huella.

Eres piedra que se sostiene

en la tierra, desvaída, cinco veces

quebrada por inviernos

que lamen con saña tus heridas abiertas.


No te imagino en una tarde de verano

sin haber sido abrazada por las hayas,

no quiero una bandera zurcida a leones mansos

ni a una página en blanco de una novela.

Sí encontrarte posada en el cerro,

una vez más, siempre,

enjaezada por un horizonte

de sillares carmesíes.


Juan Carlos García Hoyuelos 


*del poemario inédito "La bandera arriada", cuya publicación será en la primavera de 2021

lunes, 16 de noviembre de 2020

«Epitafio romano» - Francisco Brines

«No fui nada, y ahora nada soy.
Pero tú, que aún existes, bebe, goza
de la vida..., y luego ven.»
Eres un buen amigo.
Ya sé que hablas en serio, porque la amable piedra
la dictaste con vida: no es tuyo el privilegio,
ni de nadie,
poder decir si es bueno o malo
llegar ahí.
Quien lea, debe saber que el tuyo
también es mi epitafio. Valgan tópicas frases
por tópicas cenizas.

Francisco Brines

domingo, 8 de noviembre de 2020

Canción de amor - J. Brodskij

Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte

          a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.

 

Si yo fuera comisario, te arrestaría y te

          encerraría en una celda con la llave echada.

 

Si fueras un pájaro, grabaría un disco
          y escucharía toda la noche tu trino agudo.


Si yo fuera sargento, tú serías mi recluta
          y, chico, te aseguro que te encantaría la instrucción.

 

Si fueras china, aprendería tu idioma, quemaría
          mucho incienso, llevaría tu ropa rara.


Si fueras un espejo, asaltaría el baño de las señoras,
          te daría mi lápiz rojo de labios y te soplaría la nariz.

 

Si te gustaran los volcanes, yo sería lava
          en constante erupción desde mi oculto origen.


Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante,
          porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio.

 

Versión de Alejandro Valero


sábado, 26 de septiembre de 2020

Dolor - Poema de Elisa Kidané


Ha tocado
a nuestra puerta
ha ido
de aldea en aldea
de ciudad en ciudad
y nuestra
habitual hospitalidad
lo ha acogido,
y se ha instalado
en nuestra casa
y se ha aferrado
a nuestros vestidos
y se ha impreso
en nuestros rostros
y ahora
cuando vamos
por los caminos
del mundo
detrás de nuestra espontánea sonrisa
se entreve 
a pesar nuestro
la sombra
de este huésped ingrato.

TRADUCIDO por A.M. Gabriela Bustamante Escobedo.

martes, 15 de septiembre de 2020

15 DE SEPTIEMBRE, DÍA NACIONAL (poema incluido en el libro inédito "La bandera arriada", cuya publicación será en breve)*

Al abrigo de la sierra de Ordunte

y de los Montes de la Peña,

acariciada por ríos cuyos bisbiseos

se decantan en las costas abruptas del Cantábrico,

yergue del Valle de Mena

el primigenio nombre de Castilla.

 Una fecha, quince de septiembre,

-remontémonos al año ochocientos-

cuando otrora las neófitas torres

se empujaban entre sí

a fin de competir por cuál de ellas

era la más inexpugnable.

Castilla, hija de la espada,

madre de condes, maíz en las presuras,

su bautismo en el río Cadagua.

 Conociendo la fecha de nacimiento,

no hay argumento que me sirva

para fijar como fiesta nacional

una derrota por muy distinguida y épica

que ésta haya sido en la historia

(Castilla rebosa de días

de gestas y leyendas),

ni tampoco cualquier otra de tantas

que siguen apegadas a nuestras tradiciones.

 15 de septiembre, Día Nacional de Castilla.

Juan Carlos García Hoyuelos 

* Dedicado al "Día de Castilla", fecha que conmemora la primera vez que, documentalmente, en la localidad burgalesa de Taranco de Mena, remontándonos al año 800, aparece escrito la palabra Castilla.

viernes, 17 de julio de 2020

Silencio-Octavio Paz

Así como del fondo de la música 
brota una nota 
que mientras vibra crece y se adelgaza 
hasta que en otra música enmudece, 
brota del fondo del silencio 
otro silencio, aguda torre, espada, 
y sube y crece y nos suspende 
y mientras sube caen 
recuerdos, esperanzas, 
las pequeñas mentiras y las grandes, 
y queremos gritar y en la garganta 
se desvanece el grito: 
desembocamos al silencio 
en donde los silencios enmudecen.

Octavio Paz 


lunes, 22 de junio de 2020

Noche de verano - A. Machado


Es una hermosa noche de verano. 
Tienen las altas casas 
abiertos los balcones 
del viejo pueblo a la anchurosa plaza. 
En el amplio rectángulo desierto, 
bancos de piedra, evónimos y acacias 
simétricos dibujan 
sus negras sombras en la arena blanca. 
En el cénit, la luna, y en la torre, 
la esfera del reloj iluminada. 
Yo en este viejo pueblo paseando 
solo, como un fantasma.

A. Machado 

sábado, 20 de junio de 2020

Podrías 1-Anne Carson

Si no eres la persona libre que quieres ser, busca un lugar donde puedas contar la verdad sobre ello. Contar cómo te va con todo. La franqueza es como una madeja que se produce a diario en el vientre, tiene que desenrollarse en algún lado. Podrías susurrar de cara a un pozo. Podrías escribir una carta y mantenerla guardada en la gaveta. Podrías escribir una maldición en una cinta de plomo y enterrarla para que nadie la lea por mil años. No se trata de encontrar un lector, se trata de contar. Piensa en una persona de pie, sola en un cuarto. La casa está en silencio. La persona lee un pedazo de papel. No existe nada más. Todas sus venas se pasan al papel. Toma la pluma y escribe en él unos signos que nadie más va a ver, le confiere así como una plusvalía,
y todo lo remata con un gesto
tan privado y preciso como su propio nombre.
Anne Carson 

viernes, 8 de mayo de 2020

A LA MUERTE DE UN CANALLA. OBITUARIO CON HURRAS (Mario Benedetti)

OBITUARIO CON HURRAS

"Los canallas viven mucho, pero a veces se mueren".

 Vamos a festejarlo
Vengan todos
 Los inocentes
 los damnificados
 los que gritan de noche
 los que sueñan de día
 los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
 los que blasfeman y arden
 los pobres congelados
 los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan.

Vamos a festejarlo
 Vengan todos
el canalla se ha muerto
se acabó el alma negra
El ladrón
El cochino
se acabó para siempre
hurra que vengan todos
Vamos a festejarlo
a no decir
La muerte
Siempre lo borra todo
Todo lo purifica
Cualquier día
La muerte no borra nada
Quedan Siempre las cicatrices
 Hurra
murió el cretino
Vamos a festejarlo
 a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
Vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste es un muerto cualquiera

 Vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
 es un muerto de mierda.

 MARIO BENEDETTI 

sábado, 25 de abril de 2020

CONFESIONARIOS DE METACRILATO-Juan Carlos García Hoyuelos

Cuando el horizonte no cambia de posición,
coagulado en las retinas de las ventanas,
de amaneceres concebidos en invernaderos
y atardeceres que se atrincheran
en la equidistancia costumbrista de los aplausos.

Juego de cifras, buenas noticias:
hoy son diez muertos menos por coronavirus;
como si esos de ayer fuesen lindes numéricos
y a un puñado del infortunio
se les concediese una segunda oportunidad.
No la hay,
     no la hay,
parece como si hubiésemos olvidado
que nos pasaremos demasiado tiempo muertos.

Cuando las puertas son testigos coaccionados
de libertades que creíamos seguras
y los descansillos son atajos
por donde bajar bolsas de excusas.

Un día más, un día menos;
sé que pronto nos veremos, aunque hayamos
perdido la boca y eso de abrazarse
esté mal visto, se añada a una concatenación
de nuevos tabúes que se redimen
en confesionarios de metacrilato.
Confía, nos reencontraremos
en aquel maravilloso lugar llamado rutina,
muy cerca del forcejeo de las corrientes.

Juan Carlos García Hoyuelos

jueves, 23 de abril de 2020

¿Cuantos años cabe en tu silencio?-Juan Carlos García Hoyuelos

Castilla, duerme mi patria,
duerme en estatutos
que no te defienden.
Por callar lo que fue
un dantesco dislate
contra tu idiosincrasia,
has sido confinada a encabezar
los apellidos de un ensayo bicéfalo,
rémora venida a menos
de aquella unión de reinos.
Castilla, a ti me dirijo,

¿sabes que te robaron el mar?

Castilla, columna vertebral
sosteniendo dos mesetas y tres divorcios;
cuántas veces referida, con desatino,
como “las dos Castillas”
en los partes meteorológicos.

(fragmento de la poesía "¿Cuántos años cabe en tu silencio?", incluida en el libro "La bandera arriada" de Juan Carlos García Hoyuelos)

miércoles, 22 de abril de 2020

ANTES DE LO QUE TE IMAGINAS-Juan Carlos García Hoyuelos

Pasé hambre, era la posguerra,
tiempos difíciles las de mi generación
que se partió la espalda por llenar
de ventanas, ventanas abiertas de par en par,
lo que el odio fraticida
sembró de escombros,
de tiros en las cunetas y barras de prisión.

Me enamoré, sufrí por amor,
hubo desengaños, nuevos amores;
nada de esto os ha de sonar a extraño
porque los corazones no han cambiado
de costado por mero despecho
y nunca se guiaron ni guiarán
de razones con mejores argumentos.

Tuve sueños, la mayoría no pasaron de eso,
pero por deseados fueron tangibles,
como el vaho escurriéndose en un espejo;
me levanté con cada fracaso
y por supuesto que cometí
alguna que otra locura,
-mejor me las callo-
que vistas desde la distancia,
la que concede los años,
las recuerdo con una sarcástica sonrisa.

Si he de definirme, soy lo que he leido,
más la suma de los abrazos y besos
que entregué y recibí;
soy una canción que no olvidaré,
las lágrimas que se disimulan
al ver una película,
esas risas que no entiendes
muy bien el porqué,
un cúmulo de paseos, viajes y tertulias.
Me tengo por buena persona, sencilla,
aun coleccionando paréntesis y lapsus.
De siempre me aburrieron los santos.
Soy y seré, lo de menos es cómo,
ni dónde ni cuándo,
mientras haya alguien que me recuerde.
Uno solo es suficiente.

Y si bien ya mis huesos
pesan como barras de hierro,
y a pesar de esta maldita artrosis,
y del pulso que, desobediente, se jacta
de desafiarme a cualquier hora,
sin el menor remordimiento,
creí a fe ciega que uno es joven
mientras se siga siendo en pensamiento.
Pero me equivoqué, me equivoqué;
para mí no hay respirador, no existe oportunidad,
se me va la vida disuelta en tos,
ahogado por falta de aire
que ni siquiera se le niega al captutado pez.

Os preguntaréis, ¿quién es el que escribe?

Soy una irrisoria estadística, uno
de tantos de esos miles,
el huésped de una residencia
que te mete la mano en los bolsillos
y te obliga a compartir habitación;
soy tú antes de lo que te imaginas.
Descanse en paz.

Juan Carlos García Hoyuelos


martes, 14 de abril de 2020

A LÍSTER, JEFE EN LOS EJÉRCITOS DEL EBRO- Antonio Machado

 Tu carta -oh noble corazón en vela,
español indomable, puño fuerte-,
tu carta, heroico Líster, me consuela,
de esta, que pesa en mí, carne de muerte.

 Fragores en tu carta me han llegado
de lucha santa sobre el campo ibero;
también mi corazón ha despertado
entre olores de pólvora y romero.

 Donde anuncia marina caracola
que llega el Ebro, y en la peña fría
donde brota esa rúbrica española,

 de monte a mar, esta palabra mía:
"Si mi pluma valiera tu pistola
de capitán, contento moriría".

 Antonio Machado 

sábado, 11 de abril de 2020

NO HUBO TIEMPO** Juan Carlos García Hoyuelos

Fue sin darnos cuenta, ipso facto,
cuando el termómetro copuló
con luciérnagas de luces azules.
Y en las paredes que te vieron
marchar continúa instalado,
como óleo que reniega del marco,
en busca de nuevos vértices, acopio de ángulos,
aquel miedo que estuvo
acompañándote en todo momento.

No hubo tiempo, te llevaron
antes de poder pronunciar un ¡te quiero!

No dejo de imaginarte
rodeado de una maraña de raíces translúcidas,
en medio de un laberinto de camas,
brizado en primera instancia por una tos
que rivalizaba por hacerse con un respirador
entre una sinfonía de imitadores de ecos.

Nunca podré saber cuáles fueron
tus últimos pensamientos, o si sufriste,
ni si hubo uno de esos semblantes pixelados,
al borde de la extenuación, y aun así lampos,
apretando tu mano en su mano
de piel recién mudada de látex.

Hicieron lo que pudieron, lo sé.
No pudo ser, luchaste
con todas tus fuerzas pero... no pudo ser.
Y ahora te acompaño
a una distancia marcada de mínimos,
tú vestido de rama ensamblada de árbol
que pasó su última noche en soledad,
al raso de un cielo vacío, opaco,
                              desahuciado, sin rostro.
En este adiós solo cupimos tres
escuchando con el corazón roto
el monótono responso de la tierra,
sin que las lágrimas de los que ahí estábamos
pudieran desembocar en los labios.

No hubo tiempo para el adiós, te fuiste
antes de poder pronunciar un ¡te quiero!

Juan Carlos García Hoyuelos

**pd.: es un poesía dura, muy dura, y triste, he intentado ponerme en la piel de quienes han perdido a seres queridos por esta terrible enfermedad que está poniendo patas arriba nuestra sociedad. Cuidaros mucho, mucho. QuédateEnCasa

sábado, 21 de marzo de 2020

Para la libertad - Miguel Hernández

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.

Miguel Hernández 

miércoles, 11 de marzo de 2020

POR LOS CAMPOS DEL AZAFRÁN - J.C. García Hoyuelos

Tierra parda, molinos en el horizonte,
miles de flores de color violeta
asoman al mismo tiempo, a contrarreloj,
anticipándose al presagio de la mañana.

Cada quince años,
cuando los rayos solares
pierden su hegemonía, caminan mansos
entre los edictos del almanaque,
los campos en barbecho
se adornan con collares de amatista.
Será por un día, tan sólo un día.

Y, después, en el mondeo de pétalos,
con cada flor
tres pistilos de rojo intenso,
arenga de crocina,
aroma y sabor, a fuego lento.

En los fogones, en la mesa,
La Mancha sabe a gazpacho,
a aliño de aceite,
a queso y a especia,
se empapa en una cuchara de madera.

Juan Carlos García Hoyuelos
(poema incluido en el libro inédito "La bandera arriada", cuya publicación se estima para primavera de 2020). Foto bajada de internet.


jueves, 20 de febrero de 2020

CUMBRES GÓTICAS - Juan Carlos García Hoyuelos

El Arlanzón no se hace manso
por haber sido domado
tierras arriba, aún lozano,
con dos ramales de hormigón
y una montura de borrenes verdes,
sino para ver enhebradas en su piel
las cumbres góticas de la catedral. 

Es comprensible, muy lógico, 
nada ni nadie se escapa a su hechizo,
tampoco los sauces del Paseo del Espolón
cuyas trenzas tiñen de colores estacionales el agua.
Yo mismo, por muchas veces
que cruce el Arco de Santa María
la costumbre no elude
ese placentero escalofrío
que recorre por todo mi cuerpo
y deja mudos de argumentos
a aquellos pasos que, por urgidos, 
no hacen la obligada pausa,
dejando atrás mi mirada, o tal vez sea 
lo más parecido a lo que ellos llaman el alma,
que se embelesa ante la irrefutable armonía 
entre el cielo y la acicalada piedra 
que se enrosca hasta sentirse esbelta,
un puerto donde fondea la niebla.

Juan Carlos García Hoyuelos 
(poema incluido en el libro inédito "La bandera arriada", cuya publicación se estima para primavera de 2020).





viernes, 31 de enero de 2020

A Rafael Alberti – Poema de Rosa Chacel


Cuando la mar esté bajo tu almohada
¡Alegría de turbas infantiles!
¡Triunfo de los egregios, varoniles
pámpanos que estremece la alborada!

Frutos dará la náyade dorada
que llamea en los ínclitos candiles
y en sus perlas de amor claros abriles
hervirán al compás de tu mirada.

¡Qué ventura te aguarda en el impacto
si alcanzar logras la divina orquesta!
Tu frente surtirá con el contacto

de la escondida nuez templada y presta
que a trompa airada vibrará en el acto.
¡La vida es gracia y el reír no cuesta!

Rosa Chacel


El préstamo - Poema de Francisca Aguirre

A Esperanza y Manuel Rico

Apenas si veía pájaros.

Se oían voces y ruidos de vasos,
y una música triste, derrumbada,
una canción distinta, pero intensa.
Todo se hallaba absurdamente detenido
dentro de una burbuja de desdicha,
de distancia sin aire, de muralla de hielo.

Y la niebla besaba largamente
aquel rincón del mundo en que te hallabas,
aquella esquina mísera y absurda
desde la que mirabas hacia fuera,
hacia un lugar inhóspito y aislado,
un sitio que te rechazaba,
donde tú no existías,
donde nadie entendía tus palabras,
un sitio en donde sólo se podía llorar,
llorar como esa niebla que todo lo cubría.

Como una gasa vieja
aquel opaco manto te ocultaba
detrás de los cristales.
Allí, lejos del sol y falta de tu idioma
tu acorralada infancia descubrió
el castigo del abandono.

Cayó la noche sobre las aceras
como un charco de tinta:
apoyaste la frente en los cristales
y lloraste despacio en español.
Unos niños cantaban a lo lejos:
'Au clair de la lune/
mon ami Pierrot/
prete moi ta plume/
pour écrire un mot'.

Y con la pluma que ellos te prestaron
has venido escribiendo sin reposo
la palabra tristeza.

Francisca Aguirre