miércoles, 26 de junio de 2013

INSÓLITO ASOMO

Ser el mar, el que ahora lame tu mano,

el que se mece en el arco de tu brazo;

tocar dócil tus dedos, llevarme

hacia adentro tus cipreses dorados.

 
No hay enojo, motivo alguno, es un pretexto,

pero provocaría un envite; quiero ser el mar

sobre la roca que más cerca estuviera de ti,

para enjaezarme de lluvia con sabor a bajel

y caer encima de tus risas que corren al resguardo.

 
Poder sentirte de nuevo, como  hace tiempo,

cuando en nuestras bocas nos exiliábamos, muy ocultos;

regresar al insomnio del deseo,

morada de suspiros,  muy juntos.

 
Y si tu esculpido paseo

de mi tacto salobre se retirase,

claro lo tengo, de brisa

me enfundaría para ir agarrado

de tu mano, y mi cuerpo, entonces,

etéreo, en silencio, a la zaga de tus días,

que de ningún modo elevase dudas

de quien te acompañaba, nunca.
  
Juan Carlos García Hoyuelos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante.