domingo, 23 de junio de 2013

La noche de San Juan

 
El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.

Suave como un sauzal está la noche.

Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.

La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.

Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas.     

 
               Jorge Luis Borges    

 

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