miércoles, 17 de diciembre de 2014

LAS RUBAIYAT - OMAR KHAYYAM: (extracto - 11)


Los sabios no te enseñarán nada,
pero la caricia de las largas pestañas de una mujer te revelará la felicidad.
No olvides que tus días están contados y que pronto serás la presa de la tierra.
Cómprate vino, llévatelo aparte y luego déjate consolar.

Tú no ves más que las apariencias de las cosas y de los seres.
Te das cuenta de tu ignorancia, pero no quieres renunciar a amar.
Aprende que Alá nos ha dado el amor
de la misma forma que ha dado veneno a ciertas plantas.

Me dicen: «¡No bebas más, Khayyam!»
Yo les digo: «Cuando he bebido,
oigo lo que dicen las rosas, los tulipanes y los jazmines.
Digo, incluso, lo que no puede decirme mi bienamada.»

Tal olor a vino emanará de mi tumba,
que todo aquel que pase cerca se embriagará.
Tal serenidad rodeará mi tumba,
que los amantes no podrán alejarse de ella.

Más allá de la Tierra, más allá del infinito,
intentaba ver el Cielo y el Infierno,
Y una voz solemne me dijo:
«El Cielo y el Infierno están en ti»

¡Un poco más de vino, mi bienamada!
Tus mejillas no tienen aún el resplandor de las rosas.
¡Un poco más de tristeza, Khayyam!
Tu bienamada va a sonreírte.

Cuando yo ya no esté, no habrá más rosas, cipreses, labios rojos ni vino perfumado.
No habrá más albas ni crepúsculos, alegrías ni penas.
El universo no existirá,
pues su realidad depende de nuestro pensamiento.

Lámparas que se apagan,
esperanzas que se encienden.
Aurora. Lámparas que se encienden,
esperanzas que se apagan. Noche.

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