La primavera, un arroyo
que cruza
un prado en flor, efebos... Beber quiero,
porque a aquellos que beben cuando despuntaba el alba
nada les preocupan iglesias ni mezquitas.
No, no merezco entrar en mezquitas e iglesias.
Dios sabrá de qué barro me amasó. Como un pobre
infiel, o una muchacha fea, soy. De fortuna
carezco, y de esperanzas en una mejor vida.
El barro con que fue hecho el primer hombre,
para moldear al último ha de servir un día.
Y cuanto en la primera madrugada fue dicho,
repetido será el último atardecer.
Abriré mi pecho. Mi regla de conducta
es hacer cuando quiero todo, a despecho toda
moral o conveniencia. En nada, en nadie creo.
No amo a nadie, y tampoco tengo fe ni esperanza.
Imagínate el mundo ordenado a tu gusto,
Supón que has terminado de leer ya la carta,
que has gozado cien años a tu antojo y que puedes
vivir cien años más del mismo modo. ¿Y luego?
Entre impiedad y fe tan sólo un soplo existe,
así como también separa un simple soplo
dudas y convicciones. Goza el soplo presente,
que está la vida entera en el soplo que pasa.
un prado en flor, efebos... Beber quiero,
porque a aquellos que beben cuando despuntaba el alba
nada les preocupan iglesias ni mezquitas.
No, no merezco entrar en mezquitas e iglesias.
Dios sabrá de qué barro me amasó. Como un pobre
infiel, o una muchacha fea, soy. De fortuna
carezco, y de esperanzas en una mejor vida.
El barro con que fue hecho el primer hombre,
para moldear al último ha de servir un día.
Y cuanto en la primera madrugada fue dicho,
repetido será el último atardecer.
Abriré mi pecho. Mi regla de conducta
es hacer cuando quiero todo, a despecho toda
moral o conveniencia. En nada, en nadie creo.
No amo a nadie, y tampoco tengo fe ni esperanza.
Imagínate el mundo ordenado a tu gusto,
Supón que has terminado de leer ya la carta,
que has gozado cien años a tu antojo y que puedes
vivir cien años más del mismo modo. ¿Y luego?
Entre impiedad y fe tan sólo un soplo existe,
así como también separa un simple soplo
dudas y convicciones. Goza el soplo presente,
que está la vida entera en el soplo que pasa.
Los
dioses, adorados por mí tan largo tiempo,
una mala pasada me gastaron. Entonces
puse toda mi gloria de una copa en el fondo
y la cambié gustoso por un bello cantar.
La esperanza del Hombre se desvanece rápido,
como el humo. Si se realiza es parecida
a los copos de la nieve que caen en las arenas
del desierto. Fulguran un instante y se funden.
Ven, siéntate y apura a mi lado esta copa.
Escucha lo que dice el arpa. "Aquí se hallaban
los salmos de David". Del pasado y futuro
no te ocupes, y goza del presente, que es cierto .
Juré cambiar un día. Quise hacer penitencia.
Seguro que estaba ebrio en aquel momento.
Cargada de rosas, llegó la primavera
y se redujo a nada mí tan frágil propósito.
una mala pasada me gastaron. Entonces
puse toda mi gloria de una copa en el fondo
y la cambié gustoso por un bello cantar.
La esperanza del Hombre se desvanece rápido,
como el humo. Si se realiza es parecida
a los copos de la nieve que caen en las arenas
del desierto. Fulguran un instante y se funden.
Ven, siéntate y apura a mi lado esta copa.
Escucha lo que dice el arpa. "Aquí se hallaban
los salmos de David". Del pasado y futuro
no te ocupes, y goza del presente, que es cierto .
Juré cambiar un día. Quise hacer penitencia.
Seguro que estaba ebrio en aquel momento.
Cargada de rosas, llegó la primavera
y se redujo a nada mí tan frágil propósito.
El pescado le dijo al pato
en la olla
"¿Crees tú que algún día se secarán los mares?"
Y el pato contestó. "Cuando estemos asados,
¿qué importa que el mar sea un yermo, o un mar la tierra?
Débiles son los hombres, y su Hado inevitable,
¡Cuántos juramentos son olvidados! Queda
la conciencia, también obro yo como un loco.
Estar ebrio de vino y amor es mi culpa.
"¿Crees tú que algún día se secarán los mares?"
Y el pato contestó. "Cuando estemos asados,
¿qué importa que el mar sea un yermo, o un mar la tierra?
Débiles son los hombres, y su Hado inevitable,
¡Cuántos juramentos son olvidados! Queda
la conciencia, también obro yo como un loco.
Estar ebrio de vino y amor es mi culpa.
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