LXV
Matilde, dónde estás? Noté, hacia abajo,
entre corbata y corazón, arriba,
cierta melancolía intercostal:
era que tú de pronto eras ausente.
Matilde, dónde estás? Noté, hacia abajo,
entre corbata y corazón, arriba,
cierta melancolía intercostal:
era que tú de pronto eras ausente.
Me hizo falta la luz de tu
energía
y miré devorando la esperanza,
miré el vacío que es sin ti una casa,
no quedan sino trágicas ventanas.
y miré devorando la esperanza,
miré el vacío que es sin ti una casa,
no quedan sino trágicas ventanas.
De puro taciturno el techo
escucha
caer antiguas lluvias deshojadas,
plumas, lo que la noche aprisionó:
caer antiguas lluvias deshojadas,
plumas, lo que la noche aprisionó:
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