XXXIX
Pero olvidé que tus manos
satisfacían
las raíces, regando rosas enmarañadas,
hasta que florecieron tus huellas digitales
en la plenaria paz de la naturaleza.
las raíces, regando rosas enmarañadas,
hasta que florecieron tus huellas digitales
en la plenaria paz de la naturaleza.
El azadón y el agua como
animales tuyos
te acompañan, mordiendo y lamiendo la tierra,
y es así cómo, trabajando, desprendes
fecundidad, fogosa frescura de claveles.
te acompañan, mordiendo y lamiendo la tierra,
y es así cómo, trabajando, desprendes
fecundidad, fogosa frescura de claveles.
Amor y honor de abejas pido
para tus manos
que en la tierra confunden su estirpe transparente,
y hasta en mi corazón abren su agricultura,
que en la tierra confunden su estirpe transparente,
y hasta en mi corazón abren su agricultura,
de tal modo que soy como
piedra quemada
que de pronto, contigo, canta, porque recibe
el agua de los bosques por tu voz conducida.
que de pronto, contigo, canta, porque recibe
el agua de los bosques por tu voz conducida.
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