XXIII
Fue luz el fuego y pan la
luna rencorosa,
el jazmín duplicó su estrellado secreto,
y del terrible amor las suaves manos puras
dieron paz a mis ojos y sol a mis sentidos.
el jazmín duplicó su estrellado secreto,
y del terrible amor las suaves manos puras
dieron paz a mis ojos y sol a mis sentidos.
Oh amor, cómo de pronto, de
las desgarraduras
hiciste el edificio de la dulce firmeza,
derrotaste las uñas malignas y celosas
y hoy frente al mundo somos como una sola vida.
hiciste el edificio de la dulce firmeza,
derrotaste las uñas malignas y celosas
y hoy frente al mundo somos como una sola vida.
Así fue, así es y así será
hasta cuando,
salvaje y dulce amor, bienamada Matilde,
el tiempo nos señale la flor final del día.
salvaje y dulce amor, bienamada Matilde,
el tiempo nos señale la flor final del día.
Sin ti, sin mí, sin luz ya
no seremos:
entonces más allá del la tierra y la sombra
el resplandor de nuestro amor seguirá vivo.
entonces más allá del la tierra y la sombra
el resplandor de nuestro amor seguirá vivo.
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