tampoco estaba despierto,
en ti y en mí;
quisiera decir en nosotros
y no alcanzo.
He soñado, caías,
mis brazos estuvieron quietos.
Luego lloré y tú reías;
no comprendo,
yo sangraba por tus heridas.
Me miraste y no te veía.
Te llamé con la voz desgarrada
pero no me oías.
¿Estuviste en mí?, ¿yo en ti?, no sé,
lo cierto es que cuando
me río siento un dolor inmenso,
sé que siguen abiertas tus heridas.[Juan Carlos García Hoyuelos]
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