tanto he amado,
que los besos errabundos
tienen sabor a su propio axioma
cuando cierro los ojos
y es en ti en quien pienso.
tanto quise ser amado
que en la oquedad
donde tus dedos
montaban en los míos,
pugnan mi soledad y tu olvido.
Fuiste breve y voraz,
agua en el fuego,
fuiste tanto, lo confieso,
como es la rama
para el primer vuelo.
Amarte fue mi error, cometería
uno aún peor
si dejara de hacerlo,
y ante este sí pero no
sigues lloviendo en cada conato
de incendio, lo confieso.
[Juan Carlos García Hoyuelos]
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