jueves, 30 de mayo de 2013

Poema El Tren Expreso

VIII
¡De la sombra y el fuego al claroscuro
brotaban perspectivas espantosas,
y me hacía el efecto de un conjuro
al reverberar en cada muro
de las sombras las danzas misteriosas!…
¡La joven que acostada traslucía
con su aspecto ideal, su aire sencillo,
y que, más que mujer, me parecía
un ángel de Rafael o de Murillo!
¡Sus manos por las venas serpenteadas
que la fiebre abultaba y encendía,
hermosas manos, que a tener cruzadas
por la oración habitual tendía…
¡sus ojos, siempre abiertos, aunque a oscuras,
mirando al mundo de las cosas puras
!
¡su blanca faz de palidez cubierta!
¡Aquel cuerpo a que daban sus posturas
la celestial fijeza de una muerta!…
Las fajas tenebrosas
del techo, que irradiaba tristemente
aquella luz de cueva submarina;
y esa continua sucesión de cosas
que así en el corazón como en la mente
acaban por formar una neblina!…
¡Del tren expreso la infernal balumba!…
¡La claridad de cueva que salía
del techo de aquel coche, que tenía
la forma de la tapa de una tumba!
¡La visión triste y bealla

de sublime concierto
de todo aquel horrible desconcierto,
me hacía traslucir en torno de ella
algo vivo rondando un algo muerto!


[Campoamor]

¿Y SI DE QUIÉN ESCRIBO FUESES TÚ?

Llevas el viento en las venas,
de tus besos inhalo rebufos
de otros vasos que inclinados
depositas en  mis labios,
palpo tu huida en mis propias manos
cuando en el roce de sus confidencias,
regresan a sus balancines mudas, a tientas, indigentes.
 
Con sólo sentir el nerviosismo del aire,
preludio de diáfanas corrientes,
sacudes hacia fuera las injerencias
de esas miradas que nos echamos despacio,
como bandera rebelde golpea
con todas sus fuerzas
el mástil que la tiene prisionera.
 
Ha llegado el viento, ¡ve tras él!, si es eso lo que deseas,
no acumules en su voz una nueva prórroga,
y llévate consigo los vuelos rasantes
de las gaviotas sobre nuestras frondas,
y los preámbulos de las mareas,
y los compases insumisos de los estambres, herencias
de nuestra primera noche.
 
Yo quedo en tierra firme, en mis otoños,
al calor de los colores nítidos, aguardando  
el riego ebrio en las yemas de mis dedos.
 
Corre tras los espejismos del presente, el convoy del poniente
nunca descansa en los brazos abiertos de las dársenas.
¿A qué esperas?, ¡apresúrate!, no gires el olvido
o ante sus dudas retrocederás a los imanes de mi tristeza.
Y cuando vuelvas, porque has de volver,
igual que el viento, por mera supervivencia,
dime si el futuro te lleva a este instante.
 
[Juan Carlos García Hoyuelos]

miércoles, 29 de mayo de 2013

BLANDOS POR OTRA LLUVIA


Hoy tu boca, como lo hiciera ayer

y los demás días que en la mía

descuida su alrededor,

ha acudido con calcada decisión.

 
Todo igual:

los mismos axiomas, idénticos

remolinos sobre las mejillas,

danza de compases anárquicos

que mezclados con nuestra saliva,

resonancia introvertida,

aglutina en nuestros dientes reclamos inteligibles.

 
Todo igual, como lo fue ayer, igual

si no me hubiese percatado

de que tus labios en los míos

habían desembarcado blandos por otra lluvia.

 
Aprisa deshice preguntas; dentro de nuestras bocas

no hay cabida para nada que no sea

el crepúsculo de nuestro aliento.

Y si al besarnos cierras los párpados,

como las persianas que secuestran a la noche

en la urdimbre de sus rígidas pestañas,

de la manera que siempre lo haces,

fingiré no haberle descubierto.


[Juan Carlos García Hoyuelos]
 
 

Poema El Tren Expreso

VII
Como el tren no corría, que volaba,
era tan vivo el viento, era tan frío,
que el aire parecía que cortaba:
así el lector no extrañará que, tierno,
cuidase de su bien más que del mío,
pues hacía un gran frío, tan gran frío,
que echó al lobo del bosque aquel invierno.
Y cuando ella, doliente,
con el cuerpo aterido,
«Tengo frío», me dijo dulcemente
con voz que, más que voz, era un balido,
me acerqué a contemplar su hermosa frente,
y os juro, por el cielo,
que, a aquel reflejo de la luz escaso,
la joven parecía hecha de raso,
de nácar, de jazmín y terciopelo;
y creyendo invadidos por el hielo
aquellos pies tan lindos,
desdoblando mi manta zamorana,
que tenía más borlas, verde y grana
que todos los cerezos y los guindos
que en Zamora se crían,
cual si fuese una madre cuidadosa,
con la cabeza ya vertiginosa,
la tapé aquellos pies, que bien podrían
ocultarse en el cáliz de la rosa.


[Campoamor]

martes, 28 de mayo de 2013

SI NO TE ENCUENTRO

 
Si volviera a nacer

y el recuerdo

no me acompañase

ni nada fuese como es,

el sabor de mis labios,

el tacto errabundo en mi piel,

me llevarían de nuevo a ti.

 
Sería en esas noches

que cayendo a borbotones

sobre mi camisa de barbecho,

echarían abajo

los palafitos del silencio.

Porque aunque volviera a nacer

seguirás inherente en mis manos,

tus caricias tomaron el abordaje

en cada roce que distingue mi vello.

 
Y si no te encuentro, búscame en un poeta de versos

faltos de un amor y lícitamente enamorados.
 
 
[Juan Carlos García Hoyuelos]

Poema El Tren Expreso

VI
«¿Vais muy lejos?», con voz ya conmovida
le pregunté a mi joven compañera.
«Muy lejos», contestó; «¡voy decidida
a morir a un lugar de la frontera!»
Y se quedó pensando en lo futuro,
su mirada en el aire distraída
cual se mira en la noche un sitio oscuro
donde fue una visión desvanecida.
«¿No os habrás divertido»,
la repliqué galante,
«la ciudad seductora
en donde todo amante
deja recuerdos y se trae olvido?»
«¿Lo traéis vos?», me dijo con tristeza.
«Todo en Paris lo hace olvidar, señora»,
  le contesté, «la
moda y la riqueza.
Yo me vine a Paris desesperado,
por no ver en Madrid a cierta ingrata.»
«Pues yo vine», exclamó, «y hallé casado
a un hombre ingrato a quién amé soltero.»
«Tengo un rencor», le dije, «que me mata.»
«Yo una pena», me dijo, «que me muero.»
Y al recuerdo infeliz de aquel ingrato,
siendo su mente espejo de mi mente,
quedándose en silencio un grande rato
pasó una larga historia por su frente.


[Campoamor]

lunes, 27 de mayo de 2013

ABRO ESPACIOS EN LA NOCHE


Por los ojales de la tarde

entra la noche.

Las ventanas, atriles

de pensamientos y de miradas,

se ungen de su sangre de ébano,

esconden sus epidermis de vidrio

detrás de los espasmos del vértigo.

 
La cama me aguarda, intranquila,

los sueños de anoche

ansían entrar en los párpados

que, abiertos por el desamor,

los hizo ilícitos, profanos,

fugitivos de la improvisación,

léxico inhibido.

 
Quiero reconciliarme

con mi invertebrado yo onírico,

pero no sé la forma de conseguirlo,

olvidé cómo se atraviesa

esa luz de terciopelo.

Y en el olvido, un recuerdo,

el despertar de tus ojos.

 
No duermo …sigo los pasos

de nuestras hermosas vivencias,

de los aciertos

de algunos de nuestros errores

(benditas reconciliaciones);

de los silencios que tanto daño nos hicieron,

jerigonza del orgullo, ultrajes.

 
No duermo, me robaste mis sueños,

y sin ellos, abro espacios en la noche.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

Poema El Tren Expreso

V
¡Cosa rara! Entretanto,
al lado de mujer tan seductora
no podía dormir, siendo yo un santo
que duerme, cuando no ama, a cualquier hora.
Mil veces intenté quedar dormido,
mas fue inútil empeño:
admiraba a la joven, y es sabido
que a mí la admiración me quita el sueño.
Yo estaba inquieto, y ella,
sin echar sobre mí mirada alguna,
abrió la ventanilla de su lado
y, como un ser prendado de la luna,
miró al cielo azulado;
preguntó, por hablar, qué hora sería,
y al ver correr cada fugaz estrella,
«Ved un alma que pasa», me decía.


[Campoamor]

domingo, 26 de mayo de 2013

Poema El Tren Expreso

IV
Caminar entre sombras es lo mismo
que dar vueltas por sendas mal seguras
en el fondo sin fondo de un abismo.
Juntando a la verdad mil conjeturas,
veía allá a lo lejos, desde el coche,
agitarse sin fin cosas oscuras,
y en torno, cien especies de negruras
tomadas de cien partes de la noche.
¡Calor de fragua a un lado, al otro frío!…
¡Lamentos de la máquina espantosos
que agregan el terror y el desvarío
a todos estos limbos misteriosos!…
¡Las rocas, que parecen esqueletos!…
¡Las nubes con extrañas abrasadas!…
¡Luces tristes! ¡Tinieblas alumbradas!…
¡El horror que hace grandes los objetos!…
¡Claridad espectral de la neblina!
¡Juegos de llama y humo indescriptibles!…
¡Unos grupos de bruma blanquecina
esparcidos por dedos invisibles!
¡Masas informes…, límites inciertos!…
¡Montes que se hunden! ¡Árboles que crecen!…
¡Horizontes lejanos que parecen
vagas costas del reino de los muertos
¡Sombra, humareda, confusión y nieblas!…
¡Acá lo turbio…, allá lo indiscernible…,
y entre el humo del tren y las tinieblas,
aquí una cosa negra, allí otra horrible!


[Campoamor]

DESAFÍAME A UN TODO O NADA


La noche muerde mis hombros,

pesca, con redes embancadas

a carnosas relingas,

el empuje díscolo de mi torso.

 
Dolor y placer,

pinza de escorpión y mímica

desorientada de río

compitiendo por quién se hace

en propiedad con mis desbocados latidos.

 
Noche que creía perdida,

vuelves sin previo aviso,

devorando todas aquéllas

que, atadas a mis labios,

te estuvieron esperando.

 
No importan las razones,

la única pregunta que tenía

para entregarte ha quedado

encallada en la colina

salvaje de tu boca.

 
Si está escrito, saltemos

el prólogo, la luna mira cansada,

hundámonos en la carcajada

de la cama y, en un intercambio

de manantiales, desafíame

a un todo o nada.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

“Extracto de la Carta a los Jóvenes". Amadou Hampâté Bâ


“Os invito a leer este texto de Amadou Hampâté Bâ, un sabio africano del S. XX (1901-1991) Aunque está dirigido a la juventud, nos hace también reflexionar a los que somos un "poco menos jóvenes". La carta completa no tiene desperdicio, pero esto es un extracto, por cuestiones de espacio. Aún así, merece la pena leerla con tranquilidad.”

Mis queridos jóvenes:

El que os habla es una de las primeras personas nacidas en el siglo XX. Ha vivido por lo tanto bastante tiempo y, como os podéis imaginar, visto y oído muchas cosas en este vasto mundo. No pretende, sin embargo, ser un maestro de nada. Ha querido ser, ante todo, un eterno investigador, un eterno alumno y, aún hoy, su sed de aprender es tan viva como en los primeros tiempos.

Con mucho esfuerzo empezó buscándose a sí mismo en el prójimo para conocerse mejor y así amarlo en consecuencia. Desearía que hicierais lo mismo cada uno de vosotros.

Después de esta difícil búsqueda, emprendió numerosos viajes por todo el mundo: África, Oriente Próximo, Europa, América. Como alumno sin complejos y sin prejuicios, solicitó la enseñanza de todos los maestros y de todos los sabios que encontró en su camino y se puso dócilmente a su escucha. Grabó fielmente lo que le dijeron y analizó objetivamente sus lecciones con el fin de comprender correctamente los distintos aspectos de su comportamiento. En pocas palabras, se esforzó siempre por comprender a los hombres, porque el gran problema de la vida es la comprensión mutua.

Ciertamente, ya se trate de personas, de naciones, de razas o de culturas, somos todos distintos unos de otros; pero también tenemos algo semejante, y es esto lo que hay que buscar para poderse reconocer en el otro y dialogar con él. Entonces, nuestras diferencias, en lugar de separarnos, serán complementarias y fuente de enriquecimiento mutuo.

Lo mismo que la belleza de un tapiz depende de la variedad de sus colores, la diversidad de los hombres, de las culturas y de las civilizaciones constituye la riqueza del mundo. ¡Qué aburrido y monótono sería un mundo uniforme en el que todos los hombres, calcados de un mismo modelo, pensaran y vivieran de la misma forma! No teniendo nada que descubrir en los demás, ¿cómo podrían enriquecerse uno?

En nuestra época, sobre la que pesan amenazas de todo tipo, los hombres ya no deben insistir en lo que les separa, sino en lo que tienen en común, respetando la identidad de cada uno. El encuentro y la escucha de los demás son siempre más enriquecedores, incluso para el desarrollo de la propia identidad, que los conflictos o las discusiones estériles para imponer el punto de vista propio. Un viejo maestro africano decía: hay mi verdad y tu verdad, que jamás llegarán a encontrarse. LA Verdad se encuentra en el medio. Para acercarse, debe cada uno desprenderse un poco de su verdad y dar un paso hacia el otro...

Jóvenes, nacidos a finales del siglo XX, estáis viviendo a la vez una época aterradora por las amenazas que pesan sobre la humanidad y apasionante por las posibilidades que se abren en el campo de los conocimientos y de la comunicación entre los hombres. La generación del siglo XXI conocerá un encuentro fantástico entre las razas y las ideas. Según la forma en la que se asimile este fenómeno, asegurará su supervivencia o provocará su destrucción mediante conflictos mortíferos.

En este mundo moderno, nadie puede ya refugiarse en su torre de marfil. Todos los estados, ya sean fuertes o débiles, ricos o pobres, serán en adelante interdependientes, aunque no sea más que en el plano económico o frente a los peligros de una guerra internacional. Lo quieran o no, los hombres están embarcado en una misma balsa: si se levanta un huracán, todos estarán amenazados a un mismo tiempo. ¿No es mejor tratar de comprenderse y de ayudarse mutuamente antes de que sea demasiado tarde?

Incluso la interdependencia de los estados impone una complementariedad indispensable entre los hombres y las culturas. En nuestros días, la humanidad es como una gran fábrica en la que se trabaja en cadena: cada pieza, pequeña o grande, tiene una función bien definida que puede condicionar el futuro de toda la fábrica.

Actualmente, por regla general, los bloques de interés se enfrentan y se despedazan. A vosotros, oh jóvenes, os corresponderá hacer que resurja poco a poco una nueva mentalidad, más orientada hacia la complementariedad y la solidaridad, tanto individual como internacional. Será la condición para la paz, sin la cual no podría haber desarrollo.

(..........)

Jóvenes de África y del mundo, el destino ha querido que en estas postrimerías del siglo XX, al alba de una nueva era, seáis vosotros una especie de puente tendido entre dos mundos: el del pasado, en el que las viejas civilizaciones sólo aspiran a legaros sus tesoros antes de desaparecer, y el del futuro, lleno de incertidumbres y de dificultades, - cierto es-, pero también rico en nuevas aventuras y en experiencias apasionantes. Os corresponde aceptar el reto y actuar de tal forma, que no se produzca una ruptura desgarradora, sino una continuidad serena y la fecundación de una época por la otra.

Cuando las corrientes os arrastren, recordad nuestros viejos valores de comunidad, de solidaridad y de saber compartir. Y si tenéis la suerte de disponer de un plato de arroz, ¡no lo comáis vosotros solos! Si los conflictos os amenazan, ¡recordad las virtudes del diálogo y de la palabra!

Y cuando queráis buscar un empleo, en lugar de dedicar todas vuestras energías a trabajos estériles e improductivos, pensad en volver hacia nuestra Madre tierra, nuestra única verdadera riqueza, y entregadle todos vuestros cuidados con el fin de poder obtener lo necesario para alimentar a todos los hombres. En pocas palabras, ¡permaneced al servicio de la vida, en todos sus aspectos!

Es posible que algunos de vosotros digan: “¡Es pedirnos demasiado! ¡Semejante tarea está fuera de nuestro alcance!”. Permitidle, a este anciano que soy, que os confíe un secreto: lo mismo que no hay ningún “incendio pequeño” (todo depende de la naturaleza del combustible que encuentre a su paso), tampoco hay ningún esfuerzo pequeño. Todo esfuerzo cuenta y nunca se sabe a partir de qué acción aparentemente modesta surgirá el acontecimiento que cambie el rumbo de las cosas. No olvidéis que el rey de los árboles de la sabana, el poderoso y majestuoso boabab, sale de una simple semilla que, al principio, no es más gruesa que un pequeño grano de café....

“Extracto de la Carta a los Jóvenes. Amadou Hampâté Bâ”

sábado, 25 de mayo de 2013

Poema El Tren Expreso

III
Cuando miraba atento
aquel tren que corría como el viento,
con sonrisa impregnada de amargura
me preguntó la joven con dulzura:
  «¿Sois español?». Y su armonioso acento,
tan armonioso y puro, que aun ahora
el recordarlo sólo me embelesa,
«Soy español» la dije; «¿y vos, señora?».
«Yo», dijo, «soy francesa.»
«Podéis», la repliqué con arrogancia,
«la hermosura alabar de vuestro suelo,
pues creo, como hay Dios, que es vuestra Francia
un país tan hermoso como el cielo.»
«Verdad que es el país de mis amores,
el país del ingenio y de la guerra;
pero en cambio», me dijo, «es vuestra tierra
la patria del honor y de las flores:
no os podéis figurar cuánto me extraña
que, al ver sus resplandores,
el sol de vuestra España
no tenga, como el de Asia, adoradores.»
Y después de halagarnos obsequiosos
del patrio amor el puro sentimiento,
entrambos nos quedamos silenciosos
como heridos de un mismo pensamiento.


[Campoamor]

DOS CAFÉS


Ensimismados en la conversación de dos cafés,

nuestros labios dejan de latir.

Uno frente al otro, los sorbos

marcan sus pausas, sendos destinos;

el aroma asciende híbrido, sin que le interese

quién pertenece a quién,

ni cómo ha de hacer para detenerse.

 
No hablemos, no es preciso,

ambos exteriorizamos convulsas llamadas

en el sosegado aliento de dos cafés.

No, no hablemos, escuchémonos

en el tembloroso calor de la fragancia.

 
Es en estos momentos cuando no añoro tus besos,

ni  el olor de tu piel, ni los sedimentos de tu deseo,

si los labios de mi taza saben igual a tu garganta,

y pese a que ya no desarropo tus sueños

descubro como tu boca, a la par que el ligero

movimiento inclinado de la oscuridad, se abre 

para recordarme en tu desnudez.
 

No echemos prisa, atemos a la noche

en este pequeño espacio, es mucho

lo que han de decirse nuestros dos cafés.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

viernes, 24 de mayo de 2013

Poema El Tren Expreso


 II
Luego, a una voz de mando
por algún héroe de las artes dada,
empezó el tren a trepidar, andando
con un trajín de fiera encadenada.
Al dejar la estación, lanzó un gemido
la máquina, que libre se veía,
y corriendo al principio solapada
cual la sierpe que sale de su nido,
ya al claro resplandor de las estrellas,
por los campos, rugiendo, parecía
un león con melena de centellas.

 
[Campoamor]

DESTRUIDOS LOS SINÓNIMOS


Aunque nuestro primer llanto

llevaba el mismo estribillo,

de formas distintas, muy distintas,

apretamos las lentes

del vértigo con las manos.

Y así seguimos.

 
Luego, la simple prolongación de una rama

de la vida en el viejo olivo

nos obligó a negar lo que nadie deja

de ser, esos niños a los que les crecieron

los pantalones cortos.

 
Que te quiero, bien lo sabes,

tu risa es mi alma

y mis alegrías arraigo

en tus penas

para que te acicales con un nuevo

plumaje por si enerva el frío.

 
Ni el giro del aire, ni la agudeza

táctil de una patria logrará distinguirnos;

hemos destruido los sinónimos

que nos hicieron parecidos,

cualquier vestigio son hojas

que cayeron para su desdicha

en nuestras todavía más iguales sombras.                                                                                                   

… Pero ella no, que en ninguno de los dos repare,

que acuda a la cita tarde, de sobra

sabe quiénes somos en esta diáspora

de emociones, de caricias de malhechores,

de ventrílocuos de silencios, de efugios inmóviles,

y con quién de nosotros deseará casarse primero.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

Poema El Tren Expreso


CANTO PRIMERO: LA NOCHE
I
Habiéndome robado el albedrío
un amor tan infausto como mío,
ya recobrados la quietud y el seso,
volvía de Paris en tren expreso;
y cuando estaba ajeno de cuidado,
como un pobre viajero fatigado,
para pasar bien
cómodo la noche
muellemente acostado,
al arrancar el tren subió a mi coche,
seguida de una anciana,
una joven hermosa,
alta, rubia, delgada y muy
graciosa,
digna de ser morena y sevillana.
[Ramón de Campoamor]

jueves, 23 de mayo de 2013

EN SUS MÁS DE MIL PÁGINAS


Te hago entrega de una bonita historia de amor,

una historia que escribí mientras mi cuerpo dormía

y mis manos, conciertos insomnes,

montaban sobre cúbicas protuberancias.

Está basada en hechos infundados

de alguien al que amé y también me amó,

interrogatorio a aquellas miradas

que permanecen varadas

en medio de una playa blanca

a la cual no volvieron

los incesantes abrazos del agua.


En sus más de mil páginas,

                                                 (mañana se arrastrará otra hoja,

                                                  una por cada día que pasa)

esta hermosa  historia

envejece por las noches

y niña la beso todas las mañanas.

A ella nada le importa

que el amor, el tuyo, cayera

como nieve en mis manos calientes,

pues es en las últimas líneas

que se yerguen antes de morir

donde doy trazos al dictado de las lágrimas.

 
Podrías decirme, no lo harás,

qué lunas te escucharán leerla,

contarme cuántas mañanas

oirás desnudarse sobre sus alas extendidas.

Podrías decirme y no lo harás.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

miércoles, 22 de mayo de 2013

TU MIRADA EN EL MAR


Si estás junto a él,

¿por qué el olor a salitre

roba toda tu atención?,

¿por qué tu mirada es triste,

se pierde hasta donde la bruma

corta con su tijera azul

la tela extendida del mar?

 
Aquí,

en el mismo lugar

en que nos besamos,

una tempestad

de silencio azota vuestros labios,

llena tu boca de recuerdos.

 
Si estás junto a él,

¿por qué vuestras sombras

se rompen según mi vista

va alcanzando la cima?,

¿por qué barres mi sombra

con negras ramas de ontina,

unidas a una larga y lenta lágrima,

en donde el mar se ensancha

hasta desprenderse de  su cintura?
 

Si no estás conmigo,

¿por qué estoy junto a él?


[Juan Carlos García Hoyuelos]

martes, 21 de mayo de 2013

ARRULLOS DE CÉFIRO


Descansa,

estoy detrás de ti;

pierde el recelo,

he talado el paisaje

de peñascos y cerros

para que te tumbes

en la llanura de mi mano.

 
Descansa,

ven;

el cierzo está preso

en otras latitudes.

Si hablo en la sima de tu oído,

despreocúpate,

de mi boca sólo tienen escapatoria

arrullos de céfiro.                         
 

Descansa…, descansa,

guíate por tus ojos

que ahora con instintiva pereza

arrían sus banderas.

Piensa en el sosiego

de este océano de cereal,

o bien, si lo prefieres,

déjate llevar por el tuyo,

de vuelos rizados

sobre un cielo de agua

y brumas de sal.
 

Descansa, no soliviantes al cansancio,

de reojo nos está mirando,

que ofrezca detalle

a tus primeros guiños oníricos

(menudo alcahuete)

de las posturas de dos enamorados.

Descansa;

tu cara en mi torso,

la mía en tus brazos;

volveremos a nuestros ojos.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

lunes, 20 de mayo de 2013

PRIVATIZACIÓN DE LOS REGISTROS CIVILES

 
Información importante a tener en cuenta
 
             Sabía usted que el Registro Civil es un Registro público y gratuito desde su creación en el año 1870?
 
             Sabía usted que el Ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, quiere privatizarlo y que sean los Registradores de la Propiedad los que lleven el Registro Civil? 
             Sabía usted que, si sucede tal cosa, tendrá que pagar como mínimo entre 20 y 30 euros por las partidas de nacimiento, de matrimonio, de defunción…
 
             Sabía usted que las aplicaciones informáticas del Registro Civil costaron a todos los españoles unos 130 millones de euros, y que se pondrán gratuitamente a disposición de los Registradores de la Propiedad?
 
             Sabía usted que los funcionarios que llevan el Registro Civil continuarán en los Juzgados, por lo que la medida no supondrá ningún ahorro?
 
             Sabía usted que el Presidente del Gobierno, dos de sus hermanos y la nuera de Gallardón son Registradores de la Propiedad?
 
             Sabía usted que el lobby registral de los hermanos Rajoy ya había reclamado al anterior Gobierno la entrega de la llevanza del Registro Civil de forma que ese servicio público pasara a ser otro negocio privado de explotación comercial de los registradores de la propiedad?
 
             Sabía usted que el número de Registradores de la Pro­piedad de toda España no llega a 800?
 
             Sabía usted que los Registradores de la Propiedad prestan un servicio público en régimen de monopolio y perciben sus retribuciones directamente de los usuarios privados o públicos?
 
             Sabía usted que el beneficio industrial de los registradores en cada uno de sus registros es del 60% y que con la asunción del Registro Civil, las ganancias estimadas a repartir entre 800 registradores de la propiedad se acercaría a los 180 millones de euros más al año?
 
             Sabía usted que esos 180 millones los pagaríamos los ciudadanos en forma de arancel registral?  
             Sabía usted que en toda Europa los registradores son asalariados del Estado?
 
             Sabía usted que la legislación hipotecaria que aprobó el propio Mariano Rajoy siendo Ministro de Administraciones Públicas del Gobierno Aznar, legitimó la posibilidad de que un Diputado o un Ministro pueda seguir siendo titular del Registro de la Propiedad teniendo a un compañero que le “lleva” el Registro mientras él está en la política?
 
             Sabía usted que, según denuncia la Asociación de Usuarios de Registros, Rajoy mantiene la plaza como registrador en Santa Pola, que le ha procurado unos 20 millones de euros (más de tres mil trescientos millones de pesetas)?
 
Pues si no lo sabía, ahora ya lo sabe. Y ya que lo sabe cuénteselo a su familia, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, a sus vecinos… y digamos de una vez, ¡¡¡BASTA!!!

PIEL


Se precipita el romance;

hay un edén excitado

donde agotarnos

antes de que blasfemen

las cataratas del gozo.

 
Me envuelvo en tu piel;

por mi espalda corren

a velocidades prohibidas,

una y otra vez,

tus mechas incendiadas.

 
Nos ahogaremos, hazlo en mi paladar,

y quedaré atrapado de por vida

en tu cárstica marisma,

sorteando los zarpazos de tu apetito.

Mi próxima frase en tu lengua,

tu saliva, ahora clandestina,

asalta los vagones de mis instintos. 

 
Piel en piel,

bicéfalo gemido;

el vaho se condensa

en un arco iris

formado por nuestra lluvia

y la indiscreta mirada

de unas estrellas alógenas.

Cuando empiece

a masticar el vacío,

te buscaré, búscame

en la antesala del henchido inicio.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

NECESITO DOS NOCHES


No fue suficiente una noche,

no mientras el deseo insista

en perseguirte tras los acantilados del sol,

no mientras redima

sobre ti su carácter excéntrico,

no mientras nade

a merced de las olas de tu boca.

 
No lo será, mientras mojes el rocío

de los siguientes días

con los sudores de aquélla.

No fue bastante, a veces

dudo si estuviste,

o te imaginé entre los tragos

dulces del pensamiento.

En otras, estás tan omnipresente

que todavía el tacto

en mis manos es el de tu cuerpo.

 
Una noche no fue suficiente,

concédeme una más                 

para dibujar en mis labios

tu sugerente sonrisa;

quiero aprender de memoria

el ritmo acelerado de tus latidos

mientras se enredan

nuestras respiraciones.

Para insinuarme

a la tercera luna,

necesito dos noches.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

miércoles, 15 de mayo de 2013

MI PIEL POR AQUELLA QUE ANHELAS


Me muevo dentro de mi quietud,

por las desiguales hendiduras que di a la memoria,

extraños ojales para esta insólita corriente,

cúmulo de fragancias,                                        

de risas y de mosqueos,

un grito al que amortajaron

con longevas vendas de rumor.

 
Si sólo estás en estos movimientos,

no tengo otro remedio

que volver a mí, y al volver

los días destiñen su cola de novia;

no concluyo de  retroceder

a tu pasado no muy lejano,

aunque para ello corone nubes miopes

que se disipan cuando la tormenta

descarga en las manos.

 
Borradas por entero, adrede,

las referencias del retorno,

afligido vadeo las inquietudes

de mi vanidad deshilada, los hilvanes a su suerte.

¿Qué puedo decirme?

Tanto mejor si es nada.

 
¡Ay, si pudiera arrancarme la piel!,

sustituirla por aquélla que anhelas;

baste una permuta de medianoche

y sabrías que nadie te ha amado 

ni te amará como yo lo hago, nadie.

Después, en un último beso,

un beso que emule a aquél,

                                            ¿lo recuerdas?,

me buscarás tras este usurpado tejido,

y una vez descubierto

me iré aún más despojado.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

martes, 14 de mayo de 2013

CANAS DE ARCILLA


Como un árbol sin su nervuda pierna,

es el amor que por ti queda

rezagado en mis brazos.

Faz sujetándose en un pedestal de piedras,

todavía verde, de tonos pardos

cuando la tierra ascienda por la montura

de sillería y le dé detalles de sus secretos.

 
Brazos de recia dulzura y fuerza de tamo,

agotado te llevo sabiendo bien

que eres un recuerdo

en las caricias retenidas,

sobre la voz de nuestros labios,

cacofonía de incontables besos.

Tanto pesan, tanto,

los huesos apáticos,

los músculos rígidos del desengaño.

 
Yo, donde llegaba ya no puedo,

y pese a las mentiras que digo

al esfuerzo para que no se desplome,

la tierra va subiendo

por detrás de mis sienes,

y una rodilla se dobla

para alcanzar el descanso,

para no hacerme sentir un árbol destronado,

hoy verde, con canas de arcilla

a corto plazo.


[Juan Carlos García Hoyuelos]