lunes, 27 de mayo de 2013

ABRO ESPACIOS EN LA NOCHE


Por los ojales de la tarde

entra la noche.

Las ventanas, atriles

de pensamientos y de miradas,

se ungen de su sangre de ébano,

esconden sus epidermis de vidrio

detrás de los espasmos del vértigo.

 
La cama me aguarda, intranquila,

los sueños de anoche

ansían entrar en los párpados

que, abiertos por el desamor,

los hizo ilícitos, profanos,

fugitivos de la improvisación,

léxico inhibido.

 
Quiero reconciliarme

con mi invertebrado yo onírico,

pero no sé la forma de conseguirlo,

olvidé cómo se atraviesa

esa luz de terciopelo.

Y en el olvido, un recuerdo,

el despertar de tus ojos.

 
No duermo …sigo los pasos

de nuestras hermosas vivencias,

de los aciertos

de algunos de nuestros errores

(benditas reconciliaciones);

de los silencios que tanto daño nos hicieron,

jerigonza del orgullo, ultrajes.

 
No duermo, me robaste mis sueños,

y sin ellos, abro espacios en la noche.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

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