lunes, 20 de mayo de 2013

PIEL


Se precipita el romance;

hay un edén excitado

donde agotarnos

antes de que blasfemen

las cataratas del gozo.

 
Me envuelvo en tu piel;

por mi espalda corren

a velocidades prohibidas,

una y otra vez,

tus mechas incendiadas.

 
Nos ahogaremos, hazlo en mi paladar,

y quedaré atrapado de por vida

en tu cárstica marisma,

sorteando los zarpazos de tu apetito.

Mi próxima frase en tu lengua,

tu saliva, ahora clandestina,

asalta los vagones de mis instintos. 

 
Piel en piel,

bicéfalo gemido;

el vaho se condensa

en un arco iris

formado por nuestra lluvia

y la indiscreta mirada

de unas estrellas alógenas.

Cuando empiece

a masticar el vacío,

te buscaré, búscame

en la antesala del henchido inicio.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

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