martes, 21 de mayo de 2013

ARRULLOS DE CÉFIRO


Descansa,

estoy detrás de ti;

pierde el recelo,

he talado el paisaje

de peñascos y cerros

para que te tumbes

en la llanura de mi mano.

 
Descansa,

ven;

el cierzo está preso

en otras latitudes.

Si hablo en la sima de tu oído,

despreocúpate,

de mi boca sólo tienen escapatoria

arrullos de céfiro.                         
 

Descansa…, descansa,

guíate por tus ojos

que ahora con instintiva pereza

arrían sus banderas.

Piensa en el sosiego

de este océano de cereal,

o bien, si lo prefieres,

déjate llevar por el tuyo,

de vuelos rizados

sobre un cielo de agua

y brumas de sal.
 

Descansa, no soliviantes al cansancio,

de reojo nos está mirando,

que ofrezca detalle

a tus primeros guiños oníricos

(menudo alcahuete)

de las posturas de dos enamorados.

Descansa;

tu cara en mi torso,

la mía en tus brazos;

volveremos a nuestros ojos.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

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