Hoy tu boca, como lo hiciera ayer
y los demás días que en la mía
descuida su alrededor,
ha acudido con calcada decisión.
Todo igual:
los mismos axiomas, idénticos
remolinos sobre las mejillas,
danza de compases anárquicos
que mezclados con nuestra saliva,
resonancia introvertida,
aglutina en nuestros dientes reclamos inteligibles.
si no me hubiese percatado
de que tus labios en los míos
habían desembarcado blandos por otra lluvia.
no hay cabida para nada que no sea
el crepúsculo de nuestro aliento.
Y si al besarnos cierras los párpados,
como las persianas que secuestran a la noche
en la urdimbre de sus rígidas pestañas,
de la manera que siempre lo haces,
fingiré no
haberle descubierto.
[Juan Carlos García Hoyuelos]
[Juan Carlos García Hoyuelos]
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