sábado, 4 de mayo de 2013

UN ADIÓS QUE AMBOS NO COMPRENDAMOS

Éste es el día, el minuto, el segundo escogido

para decirte lo que entendí evidente,

y rebasado con creces el segundo, sin perder

de lejos el minuto que retrasó su propio inicio,

éste es el día que mis ojos se vuelven a ver

en los reflejos que desde la cima arrastra la corriente.
  

Y ahora cómo hago para mirarte, si tal es la tristeza,

mucha la vergüenza, inexistente la siembra,

que con la mirada perdida en el vacío,

más abajo imposible, necesito un día, otro distinto,

para volver a levantar la cabeza.

 
 Qué puedo decir, mejor habla tú.

Digámonos un adiós que ambos

no comprendamos por si acaso algún día

un nervioso segundo, quién sabe,

provoque un salto de vértigo

a un minuto, esta vez elegido por ti.

Quién sabe.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

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