martes, 14 de mayo de 2013

CANAS DE ARCILLA


Como un árbol sin su nervuda pierna,

es el amor que por ti queda

rezagado en mis brazos.

Faz sujetándose en un pedestal de piedras,

todavía verde, de tonos pardos

cuando la tierra ascienda por la montura

de sillería y le dé detalles de sus secretos.

 
Brazos de recia dulzura y fuerza de tamo,

agotado te llevo sabiendo bien

que eres un recuerdo

en las caricias retenidas,

sobre la voz de nuestros labios,

cacofonía de incontables besos.

Tanto pesan, tanto,

los huesos apáticos,

los músculos rígidos del desengaño.

 
Yo, donde llegaba ya no puedo,

y pese a las mentiras que digo

al esfuerzo para que no se desplome,

la tierra va subiendo

por detrás de mis sienes,

y una rodilla se dobla

para alcanzar el descanso,

para no hacerme sentir un árbol destronado,

hoy verde, con canas de arcilla

a corto plazo.


[Juan Carlos García Hoyuelos]

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