jueves, 30 de mayo de 2013

¿Y SI DE QUIÉN ESCRIBO FUESES TÚ?

Llevas el viento en las venas,
de tus besos inhalo rebufos
de otros vasos que inclinados
depositas en  mis labios,
palpo tu huida en mis propias manos
cuando en el roce de sus confidencias,
regresan a sus balancines mudas, a tientas, indigentes.
 
Con sólo sentir el nerviosismo del aire,
preludio de diáfanas corrientes,
sacudes hacia fuera las injerencias
de esas miradas que nos echamos despacio,
como bandera rebelde golpea
con todas sus fuerzas
el mástil que la tiene prisionera.
 
Ha llegado el viento, ¡ve tras él!, si es eso lo que deseas,
no acumules en su voz una nueva prórroga,
y llévate consigo los vuelos rasantes
de las gaviotas sobre nuestras frondas,
y los preámbulos de las mareas,
y los compases insumisos de los estambres, herencias
de nuestra primera noche.
 
Yo quedo en tierra firme, en mis otoños,
al calor de los colores nítidos, aguardando  
el riego ebrio en las yemas de mis dedos.
 
Corre tras los espejismos del presente, el convoy del poniente
nunca descansa en los brazos abiertos de las dársenas.
¿A qué esperas?, ¡apresúrate!, no gires el olvido
o ante sus dudas retrocederás a los imanes de mi tristeza.
Y cuando vuelvas, porque has de volver,
igual que el viento, por mera supervivencia,
dime si el futuro te lleva a este instante.
 
[Juan Carlos García Hoyuelos]

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